Aiden, abrió los ojos sorprendida por el gesto y el susurro, sintió un estremecimiento, entonces lo empujó y se separó de inmediato, mirándolo con el ceño fruncido. —No quiero que me abraces, Liam. Mantén tus distancias —advirtió con firmeza, su mirada fue penetrante dejándole claro que no toleraría más acercamientos no deseados. Liam retrocedió un paso, sintiendo una mezcla de dolor y arrepentimiento. —Lo siento, Aiden. No quería incomodarte. Solo... me alegra que estés aquí —murmuró su voz se quebró mientras trataba de ocultar la tristeza en sus ojos. Ese día, después de acordar la división de la finca, Liam decidió quedarse con los niños en el campo para trabajar la tierra. Sabía que era una oportunidad para demostrar su conocimiento y también para acercarse a Leo y Fiore. —Muy bie