Aiden, parpadeó, y sintió un escalofrío subir por su columna. Las palabras de Evelyn sonaron a reclamo y la expresión de su rostro no era nada amigable. —Evelyn, yo estoy aquí, porque parte de esta finca me pertenece. Edward me la heredó —respondió, sintiéndose un poco nerviosa, pero intentando conservar algo de calma. Evelyn arrugó el ceño confundida. —¿Cómo? ¿Acaso esta finca no pertenece en su totalidad a Liam? —preguntó mirando a los ojos a Aiden. Aiden tragó saliva, inhaló profundo. —Esas respuestas creo que te las puede dar Liam, me alegra verte. —Sonrió levemente y volteó para dirigirse a los campos y llevarse a Leo. —Aiden… La voz de Evelyn la estremeció. La chica detuvo su andar. —¿Qué ocurre? —Me alegra verte aquí, pero hay algo que no te puedo perdonar —mencionó