(***) Aiden, tenía en ese entonces quince años, era bien delgada y no se arreglaba mucho. Los chicos del pueblo a menudo se burlaban de ella, y la que más disfrutaba de esas burlas era Nicol. Un día, durante el recreo en la escuela, Aiden estaba sentada sola en una banca del patio, leyendo un libro, cuando Nicol y su grupo de amigas se acercaron. —Miren quién está aquí, la ratoncita de biblioteca —dijo Nicol con una sonrisa maliciosa, le arrebató el libro y lo lanzó al patio—. ¿Crees que algún día alguien como Liam se fijaría en una personita tan insignificante como tú, Aiden? —se burló, mientras sus amigas reían. Aiden sintió sus mejillas arder de vergüenza, sus ojos se llenaron de lágrimas, su pecho subía y bajaba agitado, estaba a punto de ponerse de pie para salir corriendo y encer