Todo el camino se mantuvo en silencio, no tenía ganas de tener ningún tipo de conversación con el hombre que conducía el coche, su posición autoritaria no le agradaba, aparte de su falta de humildad para reconocer lo mal que había actuado con ella unas semanas atrás, cuando ya habían avanzado bastante en la carretera algo humeda por una reciente llovizna, noto que no le parecía el camino a su departamento, ¿acaso haría otra parada antes de tomar la ruta correcta? pensó, no dudó en romper el largo mutismo en el espacio para por fin preguntarle. —¿Piensas hacer alguna parada antes de llevarme casi secuestrada a tu apartamento?—Este no evadió la pregunta, respondió sin titubeos y con voz cortante, su carácter parecía más recio que de costumbre. — Primero no estás secuestrada, eres mi mujer