Alucinante, sentía que flotaba al sentir la lengua de Michael explorando la suya, la mezcla de alcohol con la propia dulzura de su boca la estaba enloqueciendo, ya sentía como su sexo respondía a la fricción de su dureza cuando se frotaba contra ella. Caliente, el deseo los arropaba, no aguantaba más, fue atrevida en esa ocasión, le comenzó a desabotonar la camisa, este no se quedó atrás y casi le arranca la parte superior de su vestido al bajarlo bruscamente, se retiró uno centímetros para observar sus pechos, los tocó, hizo círculos con sus dedos, Alexa se pasó la lengua por los labios en señal de excitación y provocación. —Eres una nena traviesa, ¡me encantas! —Exclamo este con voz sensual. Sonrió, para volver a tocar su piel, se estremecía ante el jugueteo de su lengua con sus pezon