Cinco días después
Alexa daba los últimos toques a su maquillaje, se retoco nuevamente los labios con un labial nude, miro su reflejo en el espejo para seguido salir del tocador, estaba en espera para una entrevista de trabajo, aunque su primera intención pasada la boda era marcharse, para aplicar por un empleo en Francia, su madre le pidió quedarse al menos un año, hasta encontrar una oportunidad más favorable en el extranjero, paso varios días pensandolo, se decidió a raíz de que su mejor amiga Betty le informo de una vacante en una de las galerías de arte más importantes de la cuidad, bastante concurrida por su ubicación. Entro a las redes para saber más y descubrió influencias importante en proyeccion artística para sus visitantes, aparte de ser un lugar atractivo e interesante para ella, de conseguirlo podría tener el tiempo suficiente para pintar, por lo menos en los tiempos de bajas, que no tuviera que organizar grandes exposiciones. Su puesto sería como curadora de arte, "responsable del cuidado y conservación de obras de arte y su exhibición y presentación al público". Observó nuevamente su semblante en el espejo, emanaba un aura profesional sin parecer aburrida, todo lo contrario, agrego una hermosa pañoleta inspirada en la noche estrellada de 'Vincent van Gogh' enmarcaba perfectamente su delicado cuello, haciendo un fino contraste con su camisa de satén blanca.
Después de salir del tocador volvió a ubicarse en la sala de espera, sería la próxima en entrar a la entrevista.
10 minuto despues su figura traspasaba el marco de la puerta que daba a la oficina, seguido se percató de que su entrevistador había cambiado, esperaba encontrar un señor de mediana edad, no más de un metro 60 de estatura, llamado Billy Ray, muy respetado en el mundo del arte y actual encargado de la galería, en su lugar estaba un hombre de no más 30 años, bastante apuesto, no tenía la más mínima idea de su identidad.
— Buen día.
— Buen día, señorita Alexa Robles. — Me contesto este sin mirarme a la cara, solo leía mi currículum con el seño fruncido, su falta de contacto visual posiblemente fuera estrategia, pero lucia más como falta de educación de su parte.
Segui de pie, de frente al escritorio esperando una señal, este luego de terminar de escudriñar los papeles, se retiró los lentes para dedicarme la primera de sus miradas, sus ojos eran impresionantemente negros como la noche más oscura, sin duda era bastante guapo, más por la enigmática combinación de su color de ojos enmarcados con unas espesas pestañas negras. Este se paro, para indicarme que podia tomar asiento, ya tenía su imagen completa, si era del ámbito artístico debía ser mínimo un modelo o actor emergente. A juzgar por su atuendo bastante ceñido, se notaban sus grandes músculos y su bien proporcionado cuerpo. Trato de disimular su impacto y enfocarse en lo que este le decía.
— Massimo Landini, un placer. — Se presentó estrechando mi mano con cortesía, su gesto aplacó mi primera impresión desfavorable en cuanto a su educación. Su acento italiano lo delató, al igual que el de Fedora estaba bien marcado.
— Gracias señor Landini. — Este me sonrió, haciendo notar sus hoyuelos en las mejillas, pronto empezó la entrevista, sin duda fue un reto concentrarme con semejante semental, pero trate de ser oportuna, contestar con elocuencia, sabia que no tenía mucha experiencia de trabajo pero lo compensaba con mi talento como pintora, desarrollando mis propias colecciones, aunque la única terminada fue la expuesta unos día antes de mi graduación y otra que guardaba con recelo por estar ligada a mi obsesión con mi hermanastro.
Massimo pareció satisfecho con la postura de Alexa sobre el arte y sin duda alguna según los bocetos, proyectos de arte plasmados en su carpeta era una profesional talentosa, aunque no tenía mucha experiencia de trabajo, fue una alumna destacada en la universidad y eso debía ser tomado en cuenta, claro no sería su decisión, su tío político había tenido que viajar a Milán a una exposición super importante y le había pedido ese favor, en otras ocasiones lo había hecho, así que confiaba en su capacidad para tomar buenas decisiones. Le dejaría las anotaciones con sugerencias de los 2 candidatos con más potenciales, sin duda la señorita Robles era uno de ellos, de no ser la elegida por su tío podría contratarla para algo mejor.
Alexa, trataba de disimular su incomodidad ante la creciente mirada intensa de Massimo, sentía como si quisiera arrancarle la ropa, por suerte, la entrevista termino y esta salió apresurada no sin antes despedirse con cortesía.
Por suerte Massimo no trabajaba en esa empresa, según lo explicado por este, su picardía no le agradaba para un ambiente laboral, necesitaba enfoque, no un lascivo don Juan revoloteando con sus testosterona cerca de ella. El trabajo le serviría para distraer su mente, empezar a olvidar sus desaciertos recientes, puede que en un futuro se vuelva a enamorar, aunque primero debía olvidar a Michael, el cual estaba por regresar de su luna de miel. Ya era un hombre casado, de seguro pocas veces visitaría la casa. Todo saldría bien. Una nueva etapa había comenzado.
Al salir del edificio que aloja la galería de arte se dirigió al parqueo donde estaba estacionado su coche. El sonido del celular la alertó cuando se acomodaba ante el volante, abrió su cartera, tomo su móvil para revisar su chat. Un mensaje de Michael acababa de llegar, también noto que tenía algunas llamadas perdidas de un número extraño...contesto el mensaje a su hermanastro con el agrado acostumbrado pero manteniendo distancia afectiva... en su interior algo le decía que no sería tan fácil esquivar los dardos en su destino, guardo su móvil y se dispuso a conducir de regreso a casa.