Capítulo 4: “Unas copas de más”

1270 Words
A pesar de que Cleo no había podido convencer a los de seguridad de que me dejaran entrar al evento de gala de Oscar de la Renta, al menos si había logrado entrar al after party. Toda la elegancia del desfile de modas había quedado atrás, ahora mas bien todo este lugar parecía una discoteca, las modelos que antes utilizaban vestidos caros ahora los están mojando con sudor mientras bailan al ritmo de la música, es gracioso ver como las modelos bailan y los hombres ricos se sientan a un lado de la pista como si estuvieran eligiendo a su presa. - ¡No puede ser, allí esta Allan! Él es nuevo pero esta guapísimo, te lo presentaré – Cleo agarró del brazo a un hombre y después lo saludo, ambos se abrazaron y se acercaron a mí. Realmente intente todo lo posible por no reírme, Allan se veía como si tenía unos 22 años y yo tengo 32, fácilmente él podía ser hasta mi hermano menor. -Allan, ella es mi mejor amiga Camila – Cleo nos presentó. - ¿También modelas? No recuerdo haberte visto en la pasarela – me dijo Allan. -No, yo no soy modelo – literalmente casi tenía que gritar porque la música estaba demasiado alta. - ¿Enserio? – me miró de pies a cabeza – Pues fácilmente podrías modelar para Chanel al lado de Gigi Hadid – me dijo y yo solo me reí - ¡Lo digo enserio! -Gracias Allan. -Enserio, si tuvieras tu propia marca de ropa tu misma podrías ser la imagen de esa marca – por la forma en la que habla Allan se nota que ha estado bebiendo un montón. Cleo y yo nos reímos. -Si tan solo no estuvieras tan borracho verías quien está realmente delante de ti – le dijo Cleo en tono burlón. Cleo siguió presentándome personas de la fiesta, aunque para ser sincera él que más me había agradado era Allan. Durante toda la fiesta lo vi que siempre andaba bebiendo algo azul en su copa, era de las pocas personas que andaba bebiendo eso, así que me dio curiosidad probar esa bebida, fui hasta el bar y pedí la misma bebida, mientras esperaba mi bebida vi a lo lejos que Cleo bailaba con un hombre moreno y guapo, ella se dio cuenta de que la miraba mientras bailaban y me guiño un ojo. Ese guiño de ojo significa que no volveré a saber de ella hasta el día siguiente. Cuando me dieron la bebida la probe y estaba algo fuerte en el primer trago, pero después te acostumbrabas. No sabía que tenía exactamente esta bebida, pero era bastante adictiva, una vez la probabas no querías parar, al final termine pidiendo otras tres bebidas más. -Toma la tarjeta de mi habitación, iré a dar un paseo con Edgardo – me dijo Cleo apareciendo de la nada. Después de darme la tarjeta de su habitación desapareció tomada de la mano de ese hombre que acababa de conocer. Me quería levantar para decirle que no se fuera con ese hombre, pero en cuanto me pare por poco y me caigo al suelo. Fue hasta ese momento que me di cuenta de que no había sido buena idea beber tanto, al principio me sentí asustada pero poco a poco me cuerpo se empezó a conectar con la música, empecé a sentir una gran necesidad de salir a pista a bailar, deje unos billetes para pagar las bebidas y me pare en la pista para bailar. Ni siquiera fui consciente de cuando empecé a bailar con Allan, puse mis manos alrededor de su cuello y él puso sus manos en mi cintura y seguimos bailando al ritmo de la música. De repente ya no sentí sus manos en mi cintura, sino que sentí una respiración cerca de mi cuello. -Créeme que mañana que estes sobrio te arrepentirás de esto – le dije cerca del rostro. - ¿Y si no me arrepiento? – me respondió. Al escucharlo hablar me di cuenta de que no era Allan, me di la vuelta y vi que era otro hombre, de tan borracha que estaba apenas podía reconocer su rostro, veía su rostro tan borroso que tuve que poner mis manos en su rostro para asegurarme si realmente tenía barba o era una ilusión. Seguimos bailando bastante pegados, él me dejo poner mis manos sobre su pecho, se sentía bastante fuerte al igual que sus brazos, ambos empezamos a acariciarnos mientras seguíamos bailando, sus caricias se sentían tan bien que sin notarlo hasta me empecé a excitar. Bajé mis manos hasta su entrepierna y pude notar que él también estaba bastante excitado. Este hombre debía ser uno de los millonarios que estaban sentados, el plan de entrar a esta fiesta era encontrar a Alejandro Mayer, pero realmente sería una pena dejar ir a este hombre, así como él me había elegido a mí, yo también lo elegía a él. Metí mis dedos entre su cabello y acerqué su rostro al mío hasta que nuestros labios se empezaron a besar. Y de un momento a otro, ambos perdimos el control de nuestras decisiones y solo reaccionábamos al deseo de nuestros cuerpos. […] Me desperté por el sonido de una llamada entrante, me moví un poco incomoda y empecé a buscar el celular, cuando lo encontré solamente conteste. - ¿Señorita Ricci está bien? La he llamado varias veces, pero no me contestaba – Liam se notaba bastante preocupado. - ¿Qué horas son? – le dije mientras entrecerraba los ojos por la luz que entraba a la habitación. -Son las 10:00 am, tiene que reunirse con el señor Mayer a las 12:00 pm, durante el almuerzo. Al escuchar la hora me levanté asustada. -Espérame en el restaurante del hotel, ya bajo – eso fue lo ultimo que dije antes de colgar. Empecé a buscar mis zapatos hasta que empecé a ver ropa tirada por toda la habitación, allí noté que yo estaba completamente desnuda y casi por inercia me cubrí con las manos, miré la cama y me cubrí la boca asustada. Había un hombre de espaldas y desnudo, estaba dormido profundamente que ni siquiera me había escuchado hablar por el teléfono. Mierda ¿Qué hice? Esta ni siquiera era mi habitación. Empecé a ver toda la habitación y me di cuenta de que aparte de me había acostado con un hombre desconocido la noche anterior, lo había hecho en la habitación de Cleo. Empecé a recoger mi ropa del suelo y me la puse mientras veía que ese hombre no se levantara y me viera desnuda… Aunque en realidad ya me había visto la noche anterior. Me daba mucha pena que Cleo entrara a la habitación y se encontrara esta escena, empecé a tomar todas las cosas de Cleo y las metí de nuevo a su maleta, ni siquiera estaba siendo tan silenciosa pero el hombre de la cama ni siquiera se movía, por un momento empecé a dudar de si estaba vivo, me empecé a acercar lentamente a él, solo quería saber si estaba respirando y después de eso me iría corriendo a mi habitación. Cuando ya estaba lo suficiente cerca mire su espalda, se levantaba un poco por su respiración, sabiendo eso, me quede más tranquila. Fue allí cuando él se dio la vuelta todavía con los ojos cerrados. -Mierda – por poco y me caigo retrocediendo al ver quien era. Casi inmediatamente todo lo que había ocurrido la noche anterior empezó a reproducirse en mi mente. Me acosté con Alejandro Mayer, el hombre con el que venía a hacer negocios.
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