Sabía que Damian no estaba nada contento con nuestra salida esta noche, pero no había mucho que podía hacer.
Tenía que confiar en nosotras y nuestra promesa de portarnos bien. Llegamos al nigth club y rápidamente nos dejan pasar al Paula enseñarle su tarjeta VIP.
Este lugar me traía recuerdos gratos de todo lo que había pasado esa noche con mi hombre y lo bien que la pasamos.
Vaya mierda que era el destino de juntarnos de tal manera sin saber lo que nos esperaba.
Paula regresa a la mesa con una botella de tequila y otra de wisky bailando a son de la música. Fara toma un trago de wisky y otro de tequila mientras grita efusiva y se va va a la pista de baile.
—Me ha caído bien la condenada —Me dice Paula —. Es bien lanzada y divertida, me agrada.
Empezamos a beber mientras bailamos desde la mesa, Fara baila con un chico en la pista de baile robándose todas las miradas.
Observo las mesas a nuestro alrededor y mi mirada se detiene al otro lado del balcón donde veo a Anthony en una mesa sentando mientras sobre él se encuentra Laura la que se suponía era mi amiga.
Esta besa su cuello son desesperación mientras este cuela su mano debajo sede su vestido sin ningún pudor o vergüenza frente a la mirada de los demás.
—Paula, mira eso —Observa donde le señaló y rápidamente deja de tomar de su trago.
—¿Qué mierda? Hace unas horas estaba en tu casa rogándote y ahora está aquí con esa puta.
—Por mi se pueden ir al infierno ambos, Anthony ya no me interesa —Sonrió tomándome un trago —. Mi atención la tiene otro.
—¿A quien te refieres? —Me mira curiosa —. ¿Conociste a alguien mientras estuviste allá?
—Si, pero después te cuento.
—Maldita —Golpea mi hombro y río —. Te has estado revolcando con un hombre mientras has estado por allá y yo preocupada pensando que solo te tenían trabajando.
Reímos, al mirar nuevamente para donde se encuentran veo que su mirada está en nosotros, rápidamente quito mi mirada de él y empiezo a bailar y a tomar con Paula.
Seguimos la noche olvidándonos de ellos, estoy restregando mi trasero sobre Paula ante la música que resuena en el lugar y perreamos divertidas.
Toda la diversión se esfuma cuando me toman de manera brusca por el brazo.
—Te gusta comportarte como una Zoe es frente a todos.
—¿Qué mierda te pasa idiota? —Estremezco mi mano sobre su mejilla —. Me vuelves a tocar y te tiro por ese maldito balcón.
—Mejor lárgate o llamaré a seguridad —Espeta enojada Paula —. Busca a tu putita de turno y déjanos en paz.
—Tú no te metas maldita.
Levanta su mano empujándola haciéndola caer , rápidamente me acerco ayudarle a levantarla y me toma por el brazo.
—Vámonos, tenemos que hablar.
—¡Suéltame! —Trato de safarme de su agarre —. ¡Maldito idiota!
Siento como me sujetan de la cintura y al girarme me encuentro con Damian quien lo toma del hombro haciéndolo girar.
—Te ha dicho que la sueltes. O la sueltas o no respondo.
—¿Y tú quién diablos eres para meterte en nuestros asuntos?
—O la sueltas o no respondo.
En su rostro puedo notar lo enojado que esta. Observo hacia dónde está Paula y Fara se encuentra con ella.
—No te met…
Damian impacta su mano contra su cara haciéndolo que me suelte y que caiga al suelo. Rápidamente las personas alrededor gritan y sujeto a Damian tratando de evitar que lo siga golpeando.
—Damian, basta es mejor que nos vayamos.
Suspira asintiendo, me toma de la mano y cuando estamos por marcharnos Anthony lo golpea por la espalda. Fara me sujeta deteniéndome mientras ambos se agarran a golpes llevándose por al frente toda mesa que se encuentran.
Seguridad junto a unos chinos logran separarlos al Damian golpearlo con brutalidad.
Fara lo convence de irnos, al salir nos pide subirnos a su camioneta y conduce sumamente serio hasta llegar a su apartamento.
El alcohol que aún tengo en mi cuerpo me hace sentirme un poco mareada pero nada grave. Al llegar Fara y Paula van a la habitación de Fara y yo voy a la cocina por el pequeño botiquín que vi en la estantería.
Me siento en la mesita frente al sofá donde se encuentra sentado. Abro el botiquín y empiezo a limpiar la sangre que trae en una esquina de su labio.
—¿Ese maldito no pretende dejarte en paz? Te juro que si lo vuelvo a ver cerca de ti lo voy a matar Lucrecia.
—Debes calmarte Damian —Da un pequeño brinco al sentir el alcohol sobre la herida —. Nada ganas yéndote a los golpes.
—No pretendo dejar que te toque sin tu consentimiento, tampoco pretendo dejarte a solas los dos días que nos quedan aquí.
—Te recuerdo que le prometí a mi padre quedarme estos días en casa.
—Algo me inventare pero que te quiero aquí conmigo —Me toma de las manos empujándome hacia él —. Te necesito a mi lado.
Besa mis labios con dulzura, me acomodo ahorcadas sobre él profundizando el beso mientras acaricio su cabello y me sujeta por el cuello de manera posesiva.
Sus manos acarician mis senos estrujandolos, luego baja sus manos a mis piernas subiéndolas lentamente hasta entrar por debajo de mi vestido.
—¿Me pueden explicar que mierda significa esto?
“Mierda”
Me separo de él y al girarme nos encontramos con la mirada atónita de Fara y Paula quienes nos ven en shock.
—Podemos explicarlo. —Musitó suavemente sintiendo como todo el alcohol que había tomado abandona mi cuerpo.
—Es mejor que empiecen hacerlo —Responde Fara cruzándose de brazos —. Porque tienen mucho que explicarnos…