Un Año Después
El día había sido largo para Ronald. Las reuniones de negocios se habían sucedido una tras otra, con una presión constante para estabilizar la empresa tras los recientes escándalos y dificultades. Esta noche, tenía una cena importante con un socio clave que podría ayudar a salvar la compañía. Elena, aún recuperándose del accidente, había decidido quedarse en casa para descansar.
En el Restaurante de Lujo
Ronald se sentía optimista. La conversación con su socio, el Sr. Anderson, había sido prometedora. Los dos hombres discutían sobre posibles inversiones y estrategias de recuperación para la empresa.
—Por el futuro de nuestras empresas —dijo Ronald, levantando su copa de vino.
—Por un futuro próspero —respondió el Sr. Anderson, brindando también.
Mientras Ronald tomaba un sorbo de su vino, no notó el brillo peculiar en los ojos de Anderson.
Unos minutos después, Ronald comenzó a sentirse extraño. Su visión se volvía borrosa y su cabeza pesaba. Se disculpó y se levantó para ir al baño, tambaleándose ligeramente.
En el Baño del Restaurante
Mientras Ronald se sostenía en el lavabo, intentando aclarar su mente, escuchó una voz familiar.
—Hola, Ronald.
Ronald levantó la vista y vio a Nikki, su ex asistente, parada en la puerta del baño. Intentó enfocarla, pero la droga en su sistema dificultaba su percepción.
—Nikki, ¿qué estás haciendo aquí?
Nikki sonrió y se acercó a él, poniendo una mano en su pecho.
—Solo quería verte, Ronald. ¿No me has extrañado?
Ronald intentó retroceder, pero sus piernas no respondían bien. Nikki aprovechó su estado y lo empujó suavemente hacia una de las cabinas.
—Esto no está bien, Nikki —murmuró Ronald, luchando contra la confusión.
Nikki lo besó, y en su estado drogado, Ronald no pudo resistir. Lo siguiente que supo fue que estaban teniendo relaciones en una cabina del baño.
Al Día Siguiente, en Casa de Ronald
Ronald despertó con un dolor de cabeza intenso y recuerdos fragmentados de la noche anterior. Se dio cuenta de que estaba en su propia cama, pero las imágenes borrosas de Nikki lo llenaban de culpa y confusión. Se levantó y fue a buscar a Elena, preocupado por cómo explicarle lo que había pasado.
Encontró a Elena en la cocina, preparando café. Cuando lo vio, su expresión mostró preocupación.
—Ronald, te ves terrible. ¿Qué pasó anoche?
Ronald tomó un profundo aliento y decidió contarle la verdad.
—Elena, no sé cómo decirte esto, pero anoche, después de la cena de negocios, algo pasó. Creo que fui drogado y...
Elena lo interrumpió, su rostro palideciendo.
—¿Drogado? ¿Qué quieres decir?
Ronald continuó, sintiendo la vergüenza y el temor crecer dentro de él.
—Fui al baño y Nikki apareció. No estoy seguro de cómo sucedió, pero... tuvimos relaciones.
Elena dejó caer la taza de café que estaba sosteniendo, y se rompió en mil pedazos.
—¿Cómo pudiste, Ronald? ¿Cómo pudiste dejar que eso sucediera?
Ronald trató de acercarse a ella, pero Elena levantó una mano, deteniéndolo.
—No te acerques. Necesito tiempo para pensar.
Los días siguientes fueron tensos y llenos de silencio. Ronald y Elena apenas se dirigían la palabra, y cuando lo hacían, era solo para discutir sobre lo ocurrido.
—No puedo creer que Nikki apareciera de la nada y tú simplemente... —dijo Elena, con la voz quebrada—. ¿Cómo puedes esperar que confíe en ti de nuevo?
Ronald, frustrado y desesperado, intentó explicarse una y otra vez.
—Elena, te juro que no quería que esto pasara. No sé cómo explicarlo, pero fue como si no tuviera control sobre mis acciones. Alguien me drogo, Nikki estaba ahí, y...
—¿Y qué, Ronald? —interrumpió Elena, con lágrimas en los ojos—. ¿Y ahora qué? ¿Cómo seguimos adelante después de esto?
Ronald no tenía respuestas. Solo podía ofrecer su arrepentimiento y esperar que, con el tiempo, Elena pudiera perdonarlo.
Mientras tanto, Ronald decidió investigar lo que había sucedido esa noche con más profundidad. Contrató a un detective privado para seguir el rastro de Nikki y descubrir si ella había actuado sola o si había más personas involucradas.
—Sr. Wilson, hemos encontrado algo —dijo el detective una tarde—. Parece que Nikki no estaba actuando sola. Hay pruebas de que alguien la contrató para acercarse a usted esa noche.
—¿Quién? —preguntó Ronald, su mente trabajando rápidamente—. ¿Quién está detrás de esto?
—Aún no estamos seguros, pero todo apunta a que podría estar relacionado con los recientes problemas de su empresa. Alguien quiere verlo caer, y esto podría ser parte de un plan más grande.
Ronald sintió una mezcla de rabia y determinación. Si alguien estaba intentando destruirlo, no se quedaría de brazos cruzados.
—Sigue investigando —ordenó—. Quiero saber quién está detrás de esto y por qué.
Enfrentando la Verdad
Mientras el detective seguía las pistas, Ronald y Elena intentaban reconstruir su relación. No era fácil, y cada día parecía traer nuevos desafíos.
—Elena, lo siento tanto —dijo Ronald una noche, mientras se sentaban en la sala de estar—. Haré lo que sea necesario para arreglar esto. Por favor, dame una oportunidad para demostrarte que puedes confiar en mí.
Elena lo miró, con el dolor todavía visible en sus ojos.
—Ronald, quiero creer en ti. Pero esto es más grande que solo una disculpa. Necesito tiempo para sanar, y necesitamos trabajar juntos para superar esto.
Ronald asintió, sabiendo que tenía un largo camino por delante.
—Haré lo que sea necesario. No quiero perderte, Elena.
Unas semanas después, el detective privado volvió con nuevas pruebas.
—Sr. Wilson, hemos encontrado algo importante —dijo, mostrando un conjunto de documentos—. Parece que Nikki fue contratada por alguien que tenía acceso a sus movimientos y sabía exactamente cuándo y dónde estaría esa noche.
—¿Quién es? —preguntó Ronald, sintiendo que la verdad estaba cerca.
—Es alguien de su propio círculo de negocios. Alguien que ha estado cerca de usted todo este tiempo.
El nombre en los documentos hizo que Ronald se quedara sin aliento. Era el Sr. Anderson, el mismo hombre con el que había cenado esa noche.
—No puede ser —dijo Ronald, incrédulo—. ¿Por qué haría algo así?
—Parece que tenía motivos financieros. Anderson ha estado conspirando para tomar el control de su empresa desde hace meses. Esto fue solo una parte de su plan.