Culpa

1463 Words
Después de la llamada, el agente Martínez sirvió una copa de vino a Jennifer y a su compañero, el agente Rivera, para ayudar a relajarse un poco después de la tensa situación. —Creo que esto nos ayudará a calmarnos después de todo lo que ha pasado —dijo Martínez, levantando su copa. Jennifer y Rivera sonrieron agradecidos, alzando sus copas en respuesta. —Salud por la seguridad y por cerrar este caso de una vez por todas —dijo Rivera. Brindaron y bebieron el vino. Sin embargo, unos minutos después, Jennifer comenzó a sentirse mareada y cayó al suelo. Rivera intentó levantarse para ayudarla, pero también cayó desplomado, perdiendo el conocimiento. Martínez observó fríamente cómo ambos perdían la vida. Sacó su teléfono y marcó un número. —La misión está completa. Liberen a Gerson —dijo Martínez en voz baja, antes de colgar. *** Mientras tanto, en la cárcel, Ronald estaba hablando con su abogado cuando se enteró de la noticia. —Ronald, acabo de recibir información de que están intentando liberar a Gerson —dijo el abogado con urgencia. —No podemos permitir que eso suceda —respondió Ronald, apretando los puños—. ¿Qué podemos hacer? —Afortunadamente, anticipamos esto. Tu equipo de seguridad está listo y vigilando. Si Gerson intenta huir, lo atraparán —aseguró el abogado. *** Esa noche, el plan de liberación de Gerson se puso en marcha. Sin embargo, lo que los cómplices de Gerson no sabían era que Ronald había preparado un equipo de seguridad especial, anticipando cada movimiento. Mientras intentaban sacar a Gerson de la cárcel, fueron interceptados. El líder del equipo de seguridad de Ronald, un hombre llamado Salazar, dio la orden. —Tenemos a todos en la mira. Que nadie escape —dijo Salazar, mientras observaban las cámaras de seguridad y coordinaban el operativo. En un movimiento rápido y eficiente, el equipo de seguridad neutralizó a los cómplices y recapturó a Gerson antes de que pudiera escapar. —¡Déjenme ir! ¡No saben con quién se están metiendo! —gritó Gerson mientras era esposado. Salazar se inclinó hacia él, mirándolo con desprecio. —Oh, sabemos exactamente con quién nos estamos metiendo. Y esta vez, no vas a escapar. Mientras tanto, en el apartamento seguro, nadie sospechaba que Jennifer y Rivera estaban muertos. El agente Martínez había salido discretamente después de envenenarlos. Las muertes de Jennifer y Rivera pasarían desapercibidas por un tiempo, ya que se esperaba que estuvieran en resguardo sin comunicación externa. *** De vuelta en la estación de policía, el detective Hudson recibió una llamada de emergencia. —Detective Hudson, hemos interceptado una fuga de Gerson. Está de vuelta bajo custodia, pero hay algo más. Necesita ver esto —dijo Salazar desde el otro lado de la línea. Hudson frunció el ceño. —¿Qué pasó? —Venga al apartamento seguro. Es urgente —respondió Salazar. Hudson y su equipo llegaron rápidamente al apartamento seguro. Al entrar, encontraron los cuerpos de Jennifer y Rivera. La escena era trágica y desconcertante. —¡Dios mío! ¿Qué demonios pasó aquí? —exclamó Hudson, acercándose a los cuerpos. —Parece que fueron envenenados —dijo Salazar, examinando las copas de vino vacías. Hudson se volvió hacia Salazar, con los ojos llenos de rabia y desesperación. —¿Cómo pudo suceder esto bajo nuestra vigilancia? Salazar asintió solemnemente. —Alguien dentro de nuestro equipo los traicionó. Esto no puede quedar impune. Hudson respiró hondo, tratando de calmarse. —Bien, necesitamos encontrar a ese traidor. Y rápidamente. Gerson tiene que pagar por todo esto, y no descansaremos hasta que todos los involucrados estén tras las rejas. *** Mientras tanto, Ronald estaba en su celda, sintiendo que algo terrible había sucedido. No tenía idea de la tragedia que había ocurrido en el apartamento seguro, pero una sensación de urgencia y peligro lo invadía. —¿Qué está pasando realmente? —murmuró para sí mismo, mirando a su alrededor. En ese momento, su abogado volvió con noticias. —Ronald, hay algo que debes saber. Gerson ha sido recapturado, pero ha ocurrido una tragedia. Jennifer y uno de los agentes han sido asesinados. Ronald sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. —¿Qué? ¡No puede ser! ¿Quién pudo haber hecho algo así? —Estamos investigando. Parece que alguien dentro del equipo de seguridad los traicionó —explicó el abogado—. Pero no te preocupes, estamos más cerca de desmantelar todo este complot. Ronald apretó los dientes, decidido a llegar al fondo de todo esto. —Encuentren al responsable. No descansaré hasta que todos los que hicieron esto paguen. Dara, la madre de Jennifer, se encontraba en su pequeño apartamento, abrumada por la desesperación. Había visto las noticias: Gerson había sido recapturado, y el cerco se estaba cerrando rápidamente alrededor de todos los involucrados en el complot contra la familia Wilson. La realidad de su situación la golpeó con toda su fuerza. Sabía que no tenía muchas alternativas: la cárcel era una posibilidad inminente. Miró su teléfono, temblando, mientras los recuerdos de sus acciones recientes la abrumaban. Sabía que había jugado un papel crucial en la tragedia que había ocurrido y que sus días de libertad estaban contados. Se levantó lentamente y caminó hacia un pequeño armario en la esquina de su habitación, sacando una botella de píldoras para dormir. *** Mientras tanto, Ronald estaba sentado en la sala de interrogatorios, tratando de procesar la información que su abogado le había dado. No podía creer que Jennifer y uno de los agentes de seguridad estuvieran muertos. Su mente estaba llena de pensamientos caóticos y emociones encontradas. —¿Qué más sabes sobre lo que pasó? —preguntó Ronald, mirando a su abogado con una mezcla de desesperación y determinación. —Todavía estamos recopilando toda la información. Pero parece que el agente Martínez los envenenó. También descubrimos que Dara, la madre de Jennifer, está implicada en el complot. Pero no sabemos hasta qué punto —respondió el abogado. Ronald asintió lentamente, tratando de comprender todo lo que estaba sucediendo. En ese momento, un guardia entró en la sala y se dirigió a ellos. —Hay una llamada para usted, señor Wilson. Es de la estación de policía —dijo el guardia. Ronald tomó el teléfono que le ofrecían. —¿Sí? —dijo con voz firme. —Señor Wilson, soy el detective Hudson. Hemos recapturado a Gerson, pero hay algo más que debe saber. Hemos encontrado evidencia que sugiere que Dara, la madre de Jennifer, está involucrada en el complot. Estamos emitiendo una orden de arresto para ella —dijo Hudson. Ronald cerró los ojos por un momento, sintiendo el peso de la situación. —Gracias, detective. Hagan lo que sea necesario para asegurarse de que todos los responsables paguen por esto —respondió Ronald. *** En su apartamento, Dara había tomado una decisión. Con manos temblorosas, vertió una cantidad letal de píldoras en su mano y las miró fijamente. No podía enfrentar la realidad de ir a la cárcel y sabía que había causado demasiado daño. —Lo siento, Jennifer... —susurró, antes de tragar las píldoras con un vaso de agua. Se recostó en el sofá, sintiendo que el mundo comenzaba a desvanecerse a su alrededor. Mientras su conciencia se desvanecía, no pudo evitar que una lágrima rodara por su mejilla. *** De vuelta en la estación de policía, el abogado de Ronald recibió una llamada urgente. —Espera un momento, Ronald —dijo, levantando un dedo mientras escuchaba la llamada—. Acabo de recibir una noticia. Dara... se ha quitado la vida. Ronald sintió un vacío en el estómago. Aunque Dara había sido parte del complot, no había esperado que tomara una decisión tan drástica. —Todo esto se está desmoronando rápidamente —dijo Ronald en voz baja—. Necesitamos asegurarnos de que se haga justicia, por Jennifer, por todos los que han sido perjudicados. El abogado asintió. —Lo haremos, Ronald. Vamos a desenmascarar a todos los responsables y limpiar tu nombre. *** Gerson, ahora recapturado y bajo máxima vigilancia, se dio cuenta de que sus opciones se estaban agotando. Estaba en una celda solitaria, reflexionando sobre su próximo movimiento. Sabía que si no encontraba una salida, enfrentaría el peso total de la ley. Pero lo que no sabía era que Ronald y su equipo estaban más cerca de desenmascarar toda la conspiración. Con cada pieza de información que se revelaba, el círculo de traición y engaño se cerraba, y la verdad estaba a punto de salir a la luz. Mientras tanto, Ronald, a pesar de estar en la cárcel, se mantenía firme. Sabía que la justicia estaba a su favor y que pronto, todo el mundo sabría la verdad sobre lo que había sucedido.
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