La rotunda negativa de Adrian molesto un poco a Emma, ella lo golpeó en el brazo y le dijo. _ Ni que te hubiera pedido que beses a un sapo. Casi, casi, pensó Adrian. Aunque Emma era una mujer hermosa que podía evocar el deseo de cualquier hombre, todos sus sentidos le decían que no debía acercarse demasiado a ella. _ No es eso señorita Emma, pero usted es mi jefa y me parece raro besarla. Emma lo agarró de la corbata acercando su rostro al de ella y le dijo. _ Aunque te parezca raro tienes que besarme, ¿O es que en verdad no te gustan las mujeres? _ ¡Ya le dije que si me gustan! _ No lo sé, tanta negativa por tu parte me parece un poco sospechosa. Ese comentario molestó un poco a Adrian, la tomó por los hombros y la besó sin previo aviso, sus labios se apretaron con firmeza contra