Adrian reaccionó cuando mencionaron boda y dijo.
_ Casarnos...
Emma le dio un fuerte pellizcon en el el brazo a Adrian para que se callara y dijo.
_ Lo sé papá, pero nos gustaría elegir la fecha por nuestra cuenta, ahora será mejor que nos vayamos cuando tengamos la fecha de la boda iremos a visitarlos.
Emma sacó casi arrastras a Adrian del restaurante y lo subió a su coche, una vez solos Adrian dijo.
_ Señorita Emma, debería conducir yo, creo que usted se ha pasado con el alcohol.
_ No he bebido ni una sola copa, no estoy borracha.
_ Entonces no se habrá vuelto, ¿loca?
_ Y tampoco me he vuelto loca.
_ No me diga que en verdad está enamorada de mi, se que soy un hombre atractivo pero no creo que haya hecho nada para que se enamore de mi, y si lo hice le pido perdón ya que no puedo aceptar sus sentimientos.
_ Qué sentimientos ni qué ocho cuartos, todo lo que dije hace un momento era mentira, solo quería deshacerme de mi padre y tú llegaste justo a tiempo, ¿Por cierto a qué venías?
_ Llegaron unos documentos que necesitan su firma, deben ser enviados hoy.
_ Está bien, vamos a la oficina.
Emma arrancó el coche. Cuando llegaron a la oficina Emma firmó los documentos, Adrian los envio y como lo de la boda lo estaba carcomiendo preguntó.
_ Señorita, lo de la boda no iba en serio, ¿Verdad?
_ Si voy a casarme lo haré con quien yo decida, Adrien, casate conmigo.
Adrien abrió los ojos como platos y miró a su alrededor deseando que esa propuesta de matrimonio no fuera para él, que hubiera algún otro Adrien por ahí.
_ ¿Qué hacés?
_ Es conmigo la cosa.
_ No hay nadie más por aquí.
_ No me quiero casar, el matrimonio debe ser por amor no por, esperé ni siquiera se porque me está pidiendo matrimonio.
_ Ya te lo dije, si me voy a casar con quién yo lo diga, además ya le dije a mis padres que eres el hombre que amo, pasamos todo el tiempo juntos, nadie lo vería raro.
_ Pero yo no siento nada por usted, bueno además de un profundo respeto y creo que usted dijo que no siente nada por mi, y sobre todo yo no me quiero casar.
Emma ya le había dicho a su padre que se casaría con Adrian, si le decía a su padre que todo era una mentira él la iba a terminar casando con Fabián Sierra, y ella prefería perder la presidencia que casarse con ese hombre.
Fabián era un mujeriego que tenía varios escándalos con modelos y artistas famosas, no pienso casarme con un hombre así, ni siquiera por un año. Pensó Emma.
Emma se puso en pie se acercó a Adrian, lo agarró de la corbata, tiró de él y le dijo.
_ ¿Quieres quedarte sin trabajo?
Adrian tenía cinco hermanos a los cuales estaba ayudando a estudiar, también estaba pagando la hipoteca de un apartamento que había comprado recientemente, él no podía perder su trabajo y le contestó.
_ No.
_ Entonces cásate conmigo, ya que si no lo haces mi padre me quitará la presidencia y se la dará a mi primo, y sabes lo que hará mi primo cuando tome mi lugar.
Adrian lo sabía.
_ Seré despedido.
_ Exacto, así que si quieres seguir trabajando en esta empresa, cásate conmigo.
_ Pero yo no me quiero casar.
_ ¿Tan fea soy?
Adrian no podía decir eso, Emma era un hermosa mujer que hubiera dejado a cualquiera sin habla, incluso él se había sentido atraído por ella la primera vez que la había conocido, pero eso se había acabado cuando había conocido su pésima actitud, ella era arrogante, mandona y se enojaba con facilidad.
No quiero estar casado con una mujer así. Pensó Adrian. Ya tengo suficiente con aguantarla en el trabajo.
_ ¿Por qué no contestas?
_ No es eso señorita, es solo que no quiero casarme.
Emma lo soltó y le preguntó.
_ Hay algo por lo que siempre he tenido curiosidad pero nunca me he atrevido a preguntar, ¿A ti te gustan los hombres?
_ ¡No!, Puedo darle mil razones por las que no quiero casarme y esa no sería una de ellas, a mí me gustan las mujeres.
_ Entonces deja de negarte y cásate conmigo, se que no tienes novia así que no quieras engañarme como yo lo hice con mis padres diciendo que tienes a alguien a quién amas.
_ Pero...
_ No estoy pidiendo que te cases conmigo para toda una vida, solo necesito que seas mi esposo durante un año hasta que mi padre me entregué por completo la empresa, después podremos divorciarnos y recibirás una muy buena compensación por ello, se que tienes muchos hermanos, podrías darle los estudios a todos con ese dinero y tener una vida tranquila, no te parece tentador.
_ Pero el matrimonio es algo sagrado, juras amor eterno ante Dios, no es algo que se pueda tomar a la ligera.
Emma no podía creer lo que estaba escuchando, Adrian en verdad se tomaba muy en serio el tema del matrimonio y le preguntó.
_ Adrian, ¿Cuántos años tienes?
_ Tengo 33 años.
_ No crees que ya estás grandecito como para creer en las tonterías del amor eterno, sabes cuántas personas se divorcian a diario, no pasa nada con que te divorcies una o dos veces, los famosos lo hacen todo el tiempo.
_ Pero yo no soy famoso y mucho menos, para mí el matrimonio es algo serio señorita Emma y no puedo casarme solo por qué usted me lo pida.
_ Entonces quieres que te obligue.
_ ¿Que?
_ Ya le he dicho a mi padre que me casaré contigo Adrian, o lo haces por las buenas o lo haces por las malas, tu decides.
_ No puede obligarme.
_ Claro que puedo, si te despido te verás en problemas y no solo tu si no también tu familia, tienes dos opciones, te casas conmigo durante un año y recibirás una buena compensación cuando nos divorciemos o te despido y pones a tu familia en una posición difícil.
Emma tomó su bolso, se dirigió a la puerta y antes de salir le dijo.
_ Te daré tiempo para que lo pienses Adrian.
Cuando Emma se fue Adrian quiso gritar con todas sus fuerzas que era una bruja, pero se contuvo ya que no quería darle a su jefa otra razón para ser chantajeado.
_ Maldita bruja, no puedo creer que me esté obligando a casarme.