CAPÍTULO SEIS A las seis de la tarde, Remi cerró su despacho, ya agotada aunque aún le quedaba lo peor del día. Las revelaciones sobre alguien a la caza del criptex, alguien que obviamente sabía cosas que ella no sabía, la habían puesto en un estado casi de trance, pensando y repensando las posibilidades. Ahora tenía que ir al Museo de la Cultura del Siglo XXI en Washington, D. C., donde estaba segura que el asesino en serie atacaría a continuación. Remi temblaba mientras cerraba su despacho y comprobaba por tercera vez que su bote de gas pimienta estaba en el bolsillo interior de su bolso, donde podía acceder a él rápidamente. Aunque tenía miedo, también se sentía extrañamente animada. Alguien estaba buscando el criptex, alguien que podría tener la oportunidad de encontrarlo. Tenían