Fue una batalla como jamás había escuchado; un choque de culturas e ideales, completamente frontal, un enfrentamiento descontrolado entre dos fuerzas que se odiaban tanto que no cabían pensamientos de clemencia o piedad, solo existía el d***o de herir y l****r y asesinar. Los caballeros fueron los primeros en cargar, dejaron sus posiciones en el medio de las lineas del obispo para arremeter contra nosotros. Vi que las flechas rebotaban sin causar daños en las armaduras plateadas, aunque un caballo calló, y luego los gallowglass recuperaron sus claymores y se adelantaron mientras los cáterans, quienes yo pensaba que serían superados en número, se agolparon contra los jinetes que nos flanqueaban. Vi que la caballería se adentraba en un grupo mientras los otros se cerraban, luego, la pelea y