Capítulo Dieciséis
La clase que
más le gustaba a Dylan era la de armamento. Cuando por fin avanzaron más allá
de los temas introductorios impartidos durante las primeras semanas en el campo
de entrenamiento y comenzó a recibir formación práctica con el equipo para
matar vampiros, empezó a entusiasmarse con las clases. Todo empezaba a encajar
como un complejo rompecabezas. Conocer la historia de la caza de vampiros, los
esfuerzos de aquellos Matarianos que le habían precedido y que habían aprendido
a base de ensayo y error, le hicieron apreciar aun más los sacrificios
realizados. Miles habían muerto durante el siglo pasado en esta noble misión
para librar al mundo de una de las criaturas más malvadas de la existencia.
Pero en el proceso, los conocimientos habían sido transmitid
