Capitulo 07. El nuevo juguete de Henry

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—Buenas tardes Ronaldo ¿Dónde están los demás? —Buenas tardes querido amigo, ellos están cambiándose de ropa, sabes que algunos vienen desde la oficina —Es cierto, pues Mayo y yo nos iremos acomodando — —Hola querida Mayo —Hola Ronaldo —Tan cortante como siempre, tambien me da gusto verte —No tenemos tema del cual debamos hablar —Tienes razón —Si me disculpan iré al restaurante a buscar algo para tomar —No mi amor, quédate aquí yo iré por unas bebidas —Como quieras Me quedé sentada un momento y de repente me dieron unas ganas de ir al baño, me levanté corriendo y caminé hasta los baños pero cuando iba a entrar en uno de ellos observé a lo lejos que Henry iba caminando hasta la cancha de tenis, así que decidí seguirlo, por un instante me quedé pasmada detrás de él y no puedo creer lo que mis ojos están viendo en estos momento, en completo silencio saqué mi teléfono de mi bolso y les tomé unas fotos y por si fuera poco uno que otro video, se ven perfectos ambos, volví a guardar mi teléfono en mi bolso y me les acerqué en silencio… —Que escena más bonita —Que, que… ¿Qué haces aquí? —¡Señora Mayo! —Si, soy yo, ya salgan de su asombro ¿saben que es lo que más me duele? No es que me engañes por segunda, tercera o cuarta vez eso es lo de menos, lo que me duele es que no se detuvieron a pensar un poquito en que esto le haría daño a mi hijo, a tu hijo maldito enfermo ¿con la prometida de tu propio hijo? Son unos malditos infelices Salí corriendo de aquel lugar, Henry intentó detenerme y no pudo, yo sabía que algo raro pasaba con esa chica, pero meterse con el padre de su futuro esposo, eso no tiene perdón, hasta decirlo es caótico, la gran duda ahora es como decirle a mi hijo esto, con qué valor me siento y le muestro estas pruebas, yo no puedo hacerlo, no seré capaz de verlo sufrir Al llegar a casa me encerré en mi habitación a pensar las cosas que habían pasado anteriormente, en lo más profundo de mis pensamientos escuchaba que alguien llamaba a mi puerta Toc, Toc… Mamá ¿estás ahí? Toc, Toc… Reaccioné y me levanté del sofá corriendo para abrir la puerta —¡Oh hijo! No te escuché —¿Estas bien? —Si amor ¿Qué necesitas? —Vengo a decirte que saldré a encontrarme con Violeta, ella me acaba de llamar, me dijo que necesita decirme algo urgente pero que no podía decirle a nadie que nos veríamos, me pareció muy extraño y pues pensé que quería darme una sorpresa así que vengo a decirte que quizás no duerma hoy en casa ¿Que estará planeando esa arpía ahora? Te juro que no te saldrás con la tuya Violeta, quizás hoy no es el día, pero te voy a desenmascarar —Como quieras hijo, sabes que no debes decirme esas cosas, ya eres adulto y puedes tomar tus propias decisiones, además ya tienes tu propia casa la verdad no sé qué haces aquí —Hay mamá, sabes bien que mi departamento está en remodelación, aun le faltan detalles ¿acaso quieres alejarme de ti? —Jamás hijito mío es solo que quiero que vueles fuera del nido, creo que ya es tiempo de que tengas tu propio espacio —Madre ¿Segura que no te pasa nada? —Muy segura hijo, anda vete antes de que se te haga tarde —Hablaremos cuando regrese —Cuídate mi amor te amo —También te amo madre, hasta luego Me quedé por un instante con la mano arriba batiéndola de derecha a izquierda y pensando en qué momento la vida pone a sufrir a nuestros hijos, esos pequeños que un día crecieron dentro de mí, esos a quienes les di vida un día. No soy ni seré capaz de decirle a mi hijo la clase de novia que tiene, creo que deberá darse cuenta por sí solo. Unas horas más tarde salí de la habitación y Henry ya había llegado, estaba sentado en el comedor de la cocina, hasta parece una palomita inocente que no quiebra ni un plato Abrí el refrigerador y tomé un vaso con agua, me di la vuelta y caminé hasta la salida de la cocina cuando de repente el señor gritó mi nombre —¡Mayo! Espera por favor ¿no piensas decirme algo? Me aterra tu silencio Me detuve y me di la vuelta —¿Qué quieres? Creo que no tengo nada que agregar a lo que vi, no se que esperas que te diga —Debemos hablar por favor, escúchame —El señor Stiletto pidiéndome a mí por favor, la verdad es que si te sientes culpable —Y no sabes cuanto, esto no debió de pasar —Qué lástima que lo descubriste tarde, dime una cosa Henry ¿hace cuanto tiempo que la prometida de tu hijo es tu amante? —Déjame explicarte —Te escucho —Hace unos seis meses yo estaba aquí en la casa, trabajando en el despacho alguien tocó a la puerta y como el personal estaba de descanso yo me levanté y fui abrir la puerta, era ella, Violeta, Andrés no estaba en casa ya que ese día tenía una junta con la directiva de la empresa e iba a terminar muy tarde, le dije que pasara y que lo esperara un rato o que volviera luego, ella se me acercó y me dio un beso, me dijo que desde hace unos días yo le despertaba una curiosidad y que ella debía descubrir por qué —Que descarado eres, una niña estúpida que puede ser tu propia hija jugó con tu mente y caíste redondito, que débil eres, te tiemblan las piernas cuando ves una falda corta, que pena me das de verdad, ya no me interesa saber nada más, lo que te voy a exigir es que le cuentes toda la verdad a tu hijo, te doy un día para que te sientes con él y le digas todo —No soy capaz, mi hijo me va a odiar, no podré cargar con ese peso sobre mí, Andrés se irá de la empresa y de mi vida, voy a perderlo y no quiero que eso pase —Eso debiste de pensarlo antes de acostarte con la novia de tu hijo —Ayúdame con él por favor —¡Ja! ¿Ayudarte? No me hagas reír, no me pediste ayuda cuando te acostabas con Violeta, ya te dije Henry, tienes un día nada más para decirle la verdad a tu hijo, lo más increíble de todo es que esa niña para ti no es más que un juguete ¿ya te cansaste de la madre de tu hija? No que era muy joven y llena de vida, las personas envejecemos con el pasar de los años y eso es algo que nadie puede detener —No quiero que me presiones con lo de contarle a Andrés, en su momento lo haré y déjame aclararte una cosa yo nunca insinué o dije que la juventud es eterna, solo que en esos momentos estaba cegado por la belleza de esa chica y pues caí en sus garras —¿De cuál de las dos garras estamos hablando? Porque en menos de diez años te has metido con dos niñas, no te da pena salir a la calle con ellas y que te digan que eres su padre, eso debe de ser horrible, pero a mí no me importan esas cosas, yo lo que quiero es que hables con Andrés o te juro que si yo lo hago jamás volverás a saber de él y yo me encargaré de eso —Ya te dije que me des chance de pensar las cosas por favor, te prometo que esta misma noche le cuento la verdad —Eso espero Henry o sabrás de verdad lo que es capaz de hacer una madre leona por sus hijos Me di la vuelta y salí de allí con mis sentimientos hecho trizas, no puedo creer que un padre sea capaz de hacer tal barbaridad, pero yo sé que mi hijo lo va a superar, encontrará a alguien que lo ame como se merece y espero que ese alguien no se lleve la peor parte de él
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