Capítulo 09. El inicio de algo bonito

1539 Words
Cuenta Eduardo… Llegué corriendo al hospital, bajo un éxtasis de desesperación, creí lo peor después de haber recibido esa llamada, me acerqué hasta la recepción y pedí información de mi padre —Buenas noches señorita, yo soy Eduardo Robles, hace unas horas me llamaron de este lugar para decirme que mi padre se encuentra ingresado aquí —Si señor, yo fui quien lo llamó, a su padre lo trajo una señora hace unas horas, tuvieron casi un accidente, aunque al final la accidentada fue la señora, su padre solo estaba desmayado —¿Y ellos están bien? ¿Dónde está la señora que trajo a mi padre hasta aquí? —La señora está en una de las salas de recuperación —¿Pero es muy grave lo que le pasó? —No lo es, solo se hizo un pequeño rasguño, pero ya le suturamos la herida y ella estará bien —¿Puedo verla? —Si no es familiar no puede pasar —Por favor señorita déjeme agradecerle a esa mujer que se atrevió a ser valiente y trajo a mi padre justo a tiempo al hospital, si quiere puede venir conmigo —Es que no lo sé —Le prometo que solo serán cinco minutos —Está bien, solo cinco minutos, es la habitación HG202, cinco minutos —Gracias, es usted un ángel Después de ver que mi padre estuviese bien corrí hasta la habitación de esa señora, me acerqué a la puerta y me quedé mirándola mientras dormía, es la mujer más hermosa que mis ojos hayan visto, es tan perfecta, es que nunca había visto belleza igual, me acerqué hasta su cama y me senté a esperar, no sé para qué me senté a su lado, cuando me iba a levantar ella despertó o eso es lo que parece porque empezó a levantarse de la cama con los ojos aún cerrados, llamó a la enfermera y fue ahí cuando decidí ser sarcástico, espero no ahuyentarla Volviendo a Mayo… No sé qué me pasa, pero salí de ese hospital corriendo como una niña tonta enamorada, a mi edad jamás me había sentido tan intimidada al lado de un hombre ¿Pero que estoy diciendo? Soy una mujer aún casada, aunque esté separada hace años eso no quiere decir que puedo hacer lo que quiera con mi vida, aún tengo un papel firmado con el idiota ese y como no soy igual que él no le faltaré a eso ¿Qué tonterías estoy diciendo? ¿En qué mundo vives Mayo? Ningún hombre en sus cinco sentidos se fijaría en una mujer como yo, estoy vieja y fea, y para concluir con mi desgracia ese hombre es muy joven para mí, creo que puedo llegar a ser su madre Mientras seguía pensando cosas sin sentido conduje hasta mi destino, llegué, me desmonté del coche y caminé por los alrededores de la cabaña donde me iba a quedar, estoy tan fuera de la realidad que no me he dado cuenta que no traigo mi celular conmigo, lo busqué por todas partes, revisé mis bolsillos, el bolso y hasta el coche y nada que lo encuentro ¿Dónde habrá quedado ese teléfono? Pero que despistada eres Mayo ¡uf! Decidí dejar de buscar, me senté debajo de un árbol y respiré profundo antes de empezar a pensar en estupideces otra vez, creo o casi estoy segura de que me quedé casi dormida fue algo extraño realmente porque podía escuchar todo lo que sucedía a mi alrededor, en esos momentos sentí una presencia de alguien que estaba frente a mí, entonces fue ahí cuando decidí abrir los ojos —¡Hola! ¿Te puedo ayudar? —¿Usted es la señora bonita? —¿Perdón? —Es que mi amigo de allá dice que eres la señora bonita Miré hacia mi derecha y ahí está ese joven otra vez ¿será que me está siguiendo? —¿Tu amigo? ¿Oye niño conoces a ese sujeto? Porque creo que debes de tener cuidado con los extraños —Él no es un extraño, es el mejor vecino que las personas de este pueblo pueden tener, es solidario, amable, tiene un corazón enorme y nos da regalos en nuestros cumpleaños —Oh, oh, entiendo ¿puedes decirme que hace el señor buena gente aquí? Mientras hablaba con el niño el señor perfecto me saludaba desde lejos, tiene una sonrisa en el rostro y bate su mano de un lado a otro, hasta parece un loco —Señora es usted realmente bonita pero muy tonta —Oye niño no le hables así a tus mayores —Señora bonita el señor allá, es el hijo de los dueños de esa cabaña, esa donde supongo usted se quedará porque no veo otra cabaña cerca —¿Es enserió? —Señora que no escucha… —Shhh… fue una pregunta retórica —No sé lo que eso signifique señora, pero anda venga conmigo, la llevaré hasta la puerta de la cabaña, mi amigo me pidió que la acompañe —Gracias, pero creo que puedo sola —Como quiera Vi que a lo lejos el niño se desvaneció como si fuese parte del viento, estos niños no sé de dónde los sacan, pero traen una inteligencia que ya ni los adultos. Entré en la cabaña y pedí una habitación con vista al campo, este lugar está muy bonito quisiera quedarme aquí para siempre, subí hasta la habitación y me recosté un instante en la cama, creo que me duele la herida que llevo en la cabeza, minutos después alguien tocó a mi puerta Toc, Toc… Me levanté y abrí la puerta —Hola ¿en qué te puedo ayudar? —Disculpa que te moleste, pero trabajo aquí en la cabaña y el joven hijo de los señores me pidió que subiera hasta aquí para pedirle de favor que baje unos minutos, me dijo que tiene algo para usted —¿Y cómo por qué no vino él hasta aquí? —El señor es muy respetuoso y por eso no sube hasta las habitaciones de mujeres solas —Ah, ya entiendo, en vista de que tu amigo hijo de los señores tiene algo como en mi contra dile por favor que bajaré en unos minutos —Como usted diga señora Cerré la puerta media molesta, aunque no debo ser hipócrita ese hombre despertó algo en mi desde que lo vi en el hospital, así que bajaré hasta allá y le preguntaré de frente que es lo que quiere conmigo Así lo hice, me cambié de ropa y bajé las escaleras despacio cosa que si él me ve no piense que tengo prisa por verlo, al llegar abajo lo vi sentado en la recepción y caminé hasta su encuentro —Mire joven como se llame ¿se puede saber qué es lo que tiene en mi contra? Porque desde que llegué a este pueblo no me dejas de seguir —Eduardo —¿Que dijiste? —Así me llamo, Eduardo Robles, y te pediré que me disculpes si en algún momento has sentido que te he seguido, cosa que no ha sido así, no soy un loco psicópata, supe que usted se quedaría aquí por la ubicación de su teléfono, mire aquí tiene, lo encontré tirado en el piso luego de que te fuiste del hospital —¿Mi teléfono? Llevo horas buscándolo —Aquí tiene, otra vez le pido disculpas, en vista de que cumplí mi cometido me retiro, hasta luego señora Stiletto —¿Como sabes quién soy? —En este pueblo no se habla de otra cosa que de las inversiones que ha hecho su esposo, el club para los niños, las canchas de juego, la iglesia, usted más que nadie sabe las cosas que ha hecho su marido no hay porqué recordársela, no quiero ser herido otra vez por sus malos pensamientos así que me retiro —Discúlpame, pero pensé que me seguías a propósito, no fue mi intensión herirte, de verdad te pido que disculpes a esta mujer tonta que lo único que hace es andar por la vida destruyendo lo que toca —No creo tampoco que seas destructiva, quizás las personas que te rodean son las que te han convertido en eso —Suenas como un hombre que ya ha sido lastimado —Soy alguien al que el destino, o más bien la vida se ha encargado de recordarle que el amor no se hizo para todo el mundo, soy feliz estando, así como estoy, sin preocupaciones y sin llorar por un mal amor —¡Uf! Se nota que no te ha ido fácil en el amor, creo que en ese caso yo te puedo ganar, soy la mujer más desdichada del mundo —No creo que lo seas, tienes una familia y una muy importante al parecer, un esposo que ayuda a los demás, quizás tu matrimonio esté pasando por bajas ahora mismo pero esas cosas son normales en todo matrimonio, descuida que todo estará bien —¿Quieres tomar un café en el jardín? —¿Me estas invitando a tomar café? Pensé que te molestaba mi presencia, hasta me llamaste acosador —No es así ¿Aceptas o no? —Acepto
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