CAPÍTULO NUEVE

1209 Words
Pocos días habían pasado, no hubo más amenazas o notas de la persona. Pensaron que sería buena idea informar a los policías de su ciudad sobre lo que había pasado, pero fue lo mismo que la nada, les contestaron que sin pruebas no había forma de denunciar y al buscar por el departamento éstas habían desaparecido. Cleopatra, en ese momento, se encontraba fumando un cigarro en el balcón del departamento, ese era uno de sus mayores defectos, lo había probado más joven y nunca pudo dejarlo. Miraba la calle buscando algo sospechoso, pensando que podría pasar algo a plena luz del día, sólo habían personas caminando y conversando con normalidad. Dos grupos de familias estaban por pasar por un callejón, el primero pasó normal y una silueta toda vestida de n***o se asomó, ella pestañeó varias veces pensando que ya era su imaginación la que la estaba enloqueciando, y al pasar el segundo grupo la silueta desapareció. — Esto parece una típica película de terror. —Se dice a sí misma en voz alta. — ¿Qué cosa? —Preguntan a sus espaldas y Cleopatra se sobresalta— Perdón, no quería asustarte. —Se disculpa Jordan. — Creo que todo este asunto me está enloqueciendo, juro que acabo de ver a una persona complemente de n***o mirando hacia aquí, pero se esfumó. — ¿Estás segura de lo que viste? — Ya no lo sé, debe ser la falta de sueño, no he podido pegar un ojo en varios días, más sabiendo que la policía no quiere meterse en nada. Una discusión había comenzado en la cocina, Jordan estaba reprochando a Aaron que comió algo de él sin pedir permiso, todos sabían que no era momento de peleas entre ellos, pero fue divertido ver como se hacen calzón c***o el uno al otro. Necesitaban un poco de risa entre toda la mierda. La risa no duró mucho, cómo la tranquilidad que se generaba por momentos, hasta habían organizado turnarse para dormir mientras una o dos personas vigilaban. Parecía un apocalipsis toda esta mierda, sin hablar de los vidrios que les habían roto hasta ese momento. La noche cayó, como siempre, la peor parte de sus días. Todas las malditas noches alguien los molesta, ya sea poniendo notas bajo la puerta, tirando piedras a las ventanas, o golpeando la puerta varias veces y que al salir no haya nadie del otro lado. Esa noche tocó lo de la puerta, golpeaban y tiraban de ella durante varios minutos sin lograr nada, siempre Jordan y Aaron la sostenían del lado de adentro para que no pudieran abrirla. Cuando el ruido se frenó ambos salieron con bates en las manos, no había nadie como era de esperarse. Al observar la puerta se dieron cuenta que la cerradura había sido forzada de todas maneras posibles, una noche más y se rompería. Todos preocupados y consternados con lo que pasaba cada noche, comenzaron a hablar sobre que iban a hacer ahora, sabiendo que este sujeto no pararía hasta entrar y hacer quién sabe qué. — Yo diría de ir a otro lado de la ciudad. —Propone Eva. — Vayamos donde vayamos sabrá encontrarnos, no hay muchas soluciones. — Jordan tiene razón, él sabe cada movimiento que hacemos. Sabe dónde quedan nuestras casas, supo que nos mudamos a este lugar, el viaje y todo eso. No hay escapatoria. — Hay que mantener la calma, encontraremos una solución. Llegaron a un acuerdo luego de conversar qué harían, pero lo primero que tenían planeado era juntar a su familia y contarles sobre los últimos días. Era una especie de reunión familiar, estaban los padres de cada uno. Fue inevitable que no se preocupen, aunque sabían que ellos podían controlar la situación y que nadie les podía poner un dedo encima. La madre de Cleopatra preguntó por Emma, se suponía que estaba con ellos, fue en ese momento que el resto del grupo se dio cuenta del detalle faltante. No la amenazaron, conoce perfectamente a Cleopatra y sabía lo que hacían últimamente. — ¿Estás segura de lo que estás diciendo? —Le preguntó Hanna a Cleopatra con incredulidad y ella asintió con firmeza. — Te lo juro, Hanna. Hay algo raro en ella, lo siento en el estómago. — ¿Qué tipo de cosas? —insistió Jordan, frunciendo el ceño. — Pues que ella nunca recibió ninguna amenaza, estaba conmigo en Roma cuando todo pasó y, sin querer, le solté lo del departamento. Yo pensaba que era inocente y otra víctima más, pero ahora estoy convencida de que puede ser una cómplice. — Yo también creo que Cleopatra está en lo cierto, hay muchas cosas que no encajan en esta historia. — Por eso tengo que verla en persona, necesito mirarla a los ojos y escuchar lo que tiene que decir. — Pero no puedes ir así como así y acusarla de todo. — Tranquilo, no voy a hacer una locura. Solo quiero sacarle algo de información. — ¡Cuidado con las cajas! —Se escuchó, Cleopatra bajó corriendo las escaleras viendo lo que estaba pasando. — ¿Qué está pasando? —preguntó, Aaron y Jordan se están peleando como siempre. — Aaron casi tira todas mis cosas. — ¿Te ayudo? Son muchas cajas. ¿Acaso tuviste que traer tu casa entera? — Ayúdame, por favor, ¿Puedes llevar las casas que están ahí a lo que sería mi habitación? — Está bien… Todo pasó muy rápido, el grupo de amigos había vuelto a lo que es la casa de Cleopatra, gracias a su hermana, Thalía, instalaron todo un sistema de seguridad especializado, nadie podría entrar ni salir sin una clave. Además, se supone que cuando alguien intente forzar la puerta, sonaría una alarma que llegaría hasta la base de su hermana. La madre de Cleopatra decidió quedarse con Thalía, así ellos tendrían más espacio y estarían más cómodos. No era una gran casa, pero tenía sus trucos y secretos. Cleopatra estaba saliendo de la casa cuando Aaron llamó su atención, él hacía ejercicio en el jardín delantero, se quedó unos segundos observando detenidamente cuando se dio cuenta que la estaba mirando. — Iré con Emma, deseame suerte. —Le informa mientras deja un teléfono apoyado a su lado— Aquí tienes, la ubicación de todos se compartirá en tiempo real a todas horas, mejor saber dónde está cada uno por si pasa alguna emergencia. Aaron asiente y sigue entrenando. Llegar al lugar que habían acordado no fue difícil, pero para Emma se le hizo extraño no verse en la casa de alguna. Al llegar, ella recibe a Cleopatra con un efusivo abrazo. — Pensé que ya no tendrías tiempo para mí, ¿Cómo has estado? — Bien, supongo. — ¿Hay algún problema? — No, ninguno, sólo es que todo este tema me tiene agotada. —Le responde y Emma la mira muy atenta— Por suerte ya sabemos quién está detrás de esto, eso es un punto a favor. —Le dice y expresión de ella cambia completamente, Emma sintió cómo un sudor frío bajaba por su espalda mientras su mano comenzaba a temblar, rascó su nuca repetidas veces antes de responder. — ¿Ah, sí? ¿Quién? —pregunta con la voz temblorosa.
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