CAPÍTULO DIECISIETE

2088 Words
— Hermanita, tanto tiempo... —Thalía, la hermana mayor de Cleopatra, entra en su habitación sin siquiera golpear la puerta, ella la observa confundida durante unos segundos hasta que reacciona y salta a abrazarla. Ella le recibe el abrazo con la misma energía, ambas se sientan sobre la cama y se miran fijamente, intentando analizar las expresiones de la otra como solían hacer de pequeñas— Tengo demasiadas cosas para contarte que sé perfectamente que te van a interesar, pero vaya que has estado ocupada, dime ¿Cómo te sientes? ¿Cómo están las cosas por aquí? — Es una verdadera pesadilla Thalía, no puedo más con todo esto… —Cleopatra le comienza a decir, empezando a romperse y dejando salir todas esas emociones ocultas desde que empezó este sufrimiento. Le intentó contar cada detalle, cada pequeña cosa que había notado y lo que había conseguido hasta ese momento. Thalía la escuchaba atentamente, mientras intentaba consolar a su hermana, era difícil para ella verla en ese estado. — Estoy intentando cooperar con lo que puedo, Cleo, no dudes de eso. Aunque no entiendo varios puntos, ¿Estás segura de lo que me acabas de decir de Emma? — Estoy completamente segura, sé que podrás averiguar cosas sobre ella, hazme ese favor. — ¿Quieres que pida información sobre alguien más? —le preguntó mientras tecleaba de forma rápida en su teléfono, Thalía alzó la mirada al ver que Cleopatra no le respondía, parecía haber entrado en una especie de trance.— ¿Cleo? — Hmmm, sí, tengo otra sospecha más y estoy segura de que también es parte de todo esto, pero no quiero levantar sospechas aquí en casa. — ¿De quién estamos hablando, Cleopatra? —Preguntó Thalía con voz firme, Cleopatra se acercó a ella y le susurró algo en el oído. Su hermana abrió los ojos de una forma exagerada mientras procesaba, lo tecleó en el teléfono y bloqueó.— No lo creo… — Créeme, estoy más que segura que tiene que ver con esto. — Pero ¿Segura que no te confundiste con el tono de voz o algo así? — Te lo juro, hermana, no mentiría con algo tan grave como lo es matar a alguien. — Entiendo… — ¿Tú tampoco confías en mí? — Por supuesto que confío en ti, confío ciegamente en ti, sólo que se me hace muy extraño lo que me acabas de decir. Es que L… —Jordan interrumpió la conversación entrando repentinamente en la habitación, su mano, donde sujetaba su teléfono, temblaba. Él miró a ambas con pura preocupación en su rostro, Cleopatra esperó unos segundos, pero él no decía nada. — ¡Jordan! — Matteo está en el hospital. —Dijo, sorprendiendo a Cleopatra. — No lo dices en serio… —Dudó un poco, pero se levantó al instante comenzando a agarrar sus cosas y saliendo de allí.— Luego te hablo, Thalía. —Se despidió de su hermana y ambos corrieron al hospital, durante todo el camino Jordan no dijo nada más, todo era muy extraño. Aaron ya se encontraba en el hospital cuando ellos llegaron, estaba sentado en la sala de espera con una notable expresión de culpa en su rostro, movía sus manos frenéticamente y estaba sudando. Cleopatra no entendía nada, miró a Aaron, luego a Jordan, ninguno soltaba ni una palabra. — ¡Hablen de una maldita vez! —Cuestionó ella, completamente furiosa, mirando a sus amigos fijamente. Ambos se sobresaltaron cuando Cleo alzó el tono de voz, pero hablaron. Según Aaron, la secuencia había sido demasiado extraña y dudosa. Él había llegado con total normalidad a las clases de tiro, donde Matteo ya lo esperaba. Tuvieron una corta charla sobre lo que había ocurrido el día anterior, pero casi que no le dieron importancia. —Estaba todo normal, no sé qué fue lo que pasó o cómo fue que pasó.— Dijo, continuando con el relato. Ambos se habían dirigido a la zona de práctica, pero Matteo se había olvidado por completo del arma en la sala de protección. Al volver, donde esperaba Aaron, él comenzó a quejarse de que algo estaba mal con su arma. — Fue muy extraño, el arma parecía estar completamente trabada, como si la hubieran saboteado… —Ambos forcejearon un poco y pasó lo predecible, uno de los cartuchos que tenía estalló, lastimando toda la mano izquierda de Matteo y dejándolo casi al rojo vivo. —Me siento muy culpable, aunque sé que tal vez fue un simple error de ambos al estar forcejeando, pero no sé. El arma del día anterior estaba completamente normal y no creo que él se haya querido autolesionar sólo por inculparme a mí. —Cuestionó, pasando una de sus manos por su frente donde había sudor. — Aaron, tranquilízate, fue un accidente. —Le respondió Jordan sobando su espalda. — No, no lo fue. —Cuestionó Cleopatra mirando un punto fijo.— Él quiere eso, que nos sintamos culpables de lo que está pasando, está saboteando todo, hasta está intentando sabotear a Matteo. Mírenlo de esta forma, él sabía que Matteo en algún momento iba a tener que usar su arma, pero lo que no puedo descifrar es ¿En qué momento lo hizo? Se supone que Matteo trabaja con el arma y la tiene encima en todo momento, ¿En qué momento la saboteó? — Creo que tengo la respuesta a eso, —respondió Aaron— no estábamos solos, había otra persona, ninguno de nosotros lo conocía, pero no dudamos de él. Cuando me tocaba empezar a mi esa persona se fue, sin antes quedarse unos minutos solo en la sala de protección. — ¡Fue en ese momento! — Por dios, ¿Cómo fuimos tan fáciles? —se preguntó a sí mismo, volviendo a sentirse culpable. Eva y Hanna aparecieron en la sala de espera, ambas preocupadas por lo que había pasado. Aaron les contó toda la situación, como había hecho con Cleopatra. Y ahora estaban esperando los resultados. Aunque ningún doctor aparecía, habían pasado más de dos horas donde estaban en un completo desconcierto y con el corazón en la mano. — ¿Cómo está Matteo? —Preguntó Aaron levantándose de golpe cuando vio a un doctor salir de las salas, él se les acercó con lentitud y pidió que se mantuvieran en sus asientos. — Su amigo está bien, hicimos lo que pudimos para salvar su mano aunque esto le dejará secuelas y mucho tiempo de rehabilitación unido con kinesiología. Por unos dos meses tendrá que usar un yeso, se fracturó un par de huesos por culpa de la explosión. —Comentó, aliviando a todos, pero él seguía tenso y muy serio con la situación— Lo lamento, pero lo tuve que hacer… —Se disculpó y nadie comprendía el por qué, hasta que dos policías aparecieron en la sala de espera del hospital buscando a Aaron Hendry. — No, no, no. No se lo pueden llevar, él no tiene nada que ver. —Comenzaron a quejarse, pero no había forma de detener lo que estaba sucediendo. — Aaron Hendry, queda arrestado por un supuesto intento de homicidio. —El policía se acerca a él comenzando a esposarlo— Tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas o intentes puede ser usado en tu contra. —Se lo llevaron detenido sin decirle ninguna palabra a sus amigos, ellos miraron furiosos al doctor, sabían que era parte de su trabajo avisar a las autoridades, pero lo de intento de homicidio ya era el colmo. Jordan intentó seguir a los policías, pero fue inútil. Eva, Hanna y Cleopatra se quedaron allí en la sala, completamente shockeadas por lo que acababa de suceder, mientras esperaban para pasar a visitar a Matteo. — Pensé que estabas dormido. —Le dice Cleopatra cuando logran entrar en su habitación, Matteo se encontraba conectado a una máquina con la mano completamente enyesada. Tenía los ojos rojos y cristalizados de llorar-— Lo siento tanto, Matteo. — No podré volver a usar un arma durante mucho tiempo, Cleopatra. Yo no merezco esto, estaba completamente feliz con mi vida hasta que ustedes aparecieron. — Lo sé, lo lamento ta— — No, deja de lamentar, solamente vete y déjame en paz. — Matteo, ¿Puedes escucharme? Aunque sea un minuto, por favor. — Que sea rápido… — Sé que piensas que es solo nuestra culpa que esté sucediendo todo esto, pero nosotros no quisimos incluirte en nuestros planes para que seas otra presa más, necesitábamos apoyo y ayuda, tú nos ofreciste eso. Además, no vengas a decir eso, sabías perfectamente en lo que te estabas metiendo luego de leer cada una de las amenazas y que nosotros te contáramos todo lo que estábamos viviendo. Es difícil, lo sé, también entiendo que es difícil pasar de estar teniendo una vida normal a ser buscado por un maldito maniático psicópata, pero estamos intentando controlar la situación. — Tienes razón, yo sabía en lo que me estaba metiendo, pero no sabía que podía llegar a quedarme sin una de mis manos por culpa de eso, uno de mis elementos fundamentales para el trabajo. Tienes suerte de que aún la tengo pegada a mi cuerpo, pero enyesada. — ¿Tú mandaste a llamar a los policías? —preguntó Cleopatra, entendiendo su punto. — ¿Qué policías? — ¿Cómo qué policías? Los que se llevaron arrestado a Aaron por un supuesto intento de homicidio… — Yo no dije que llamen a la policía. —Respondió Matteo, completamente seguro. Cleopatra había vuelto rápido a su casa junto a sus amigas, buscando desesperadamente a Jordan por todos lados antes de que cometiera una locura. La casa parecía estar patas para arriba, habían intentado forcejear la cerradura y habían piedras rotas por los alrededores, al parecer habían intentado romper los vidrios. — Me llamaron a la base para avisarme que estaban intentando entrar a la casa y cuando llegué me encontré con esto, ¡Un chico completamente desesperado y un poco oloroso en la puerta! —Thalía apareció por la puerta de la cocina, sorprendiendo a las tres chicas, sosteniendo a Jordan de su camiseta.— ¿Saben quién es o lo mando a la base? — Thalía, es Jordan. — ¿Jordan? —lo miró de pies a cabeza, escaneándolo— ¡Por qué no lo dijiste antes, idiota! Estaba por matarte. —Dijo soltándolo. — No lo sé, será porque… ¡No me dejaste ni decir mu! — ¿Qué pasó con Aaron? —preguntó Cleopatra, preocupada. — ¿Es el peli-n***o? — Sí, Thalía. ¿También está aquí? —Un guardaespaldas apareció de la misma manera, pero con Aaron agarrado— ¡Aaron! —Cleopatra corrió a abrazarlo. — Los policías, que eran más falsos que una multa por tener vidrios polarizados, los tengo cautivos en la base. En este mismo momento los deben estar escaneando e interrogando, al único que no pudimos atrapar fue al falso doctor, pero eso es lo de menos. ¿La mano de Matteo cómo se encuentra? — Su mano está enyesada y puede llegar a tener secuelas, además, está realmente enojado con todos nosotros, pero le intenté explicar un poco las cosas. — ¿Lo entendió? — No. — Era de esperarse. —Respondió con seguridad mientras echaba un vistazo fugaz por la casa— Bueno, mi trabajo está cumplido aquí, así que me tengo que ir. Cleo, llámame por cualquier cosa que necesites, y ustedes también… —Señaló a sus amigas. Cleopatra sabía que Thalía siempre había sido una persona misteriosa, casi nunca estaba en su casa a altas horas de la noche y se la pasaba en su computador escribiendo. Al principio no entendía, pero luego de una larga explicación de su parte comprendió un poco todo. El mundo de la mafia, los asesinos sueltos y otros asuntos secretos era muy complicado, sin contar a todas las personas que habían detrás de eso. Las cosas ilegales en las que estaba metida ella no eran asunto de Cleopatra, y varias veces se lo tuvo que remarcar, pero sabía que contaba plenamente con ella ante cualquier inconveniente. Luego de que Thalía se fue, Cleopatra les avisó a sus amigos que Matteo estará en el hospital hasta el jueves, todavía seguía en revisión por todo el problema que su mano había provocado. — Esto de tener un loco persiguiéndonos no es nada sencillo. —Dijo Jordan en una queja. — Y no, Jordan, nada es sencillo cuando de cosas ilegales se trata.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD