Rápidamente la depositó en el agua, con una mirada aturdida. Tom no hablaba, ni siquiera sabía si continuaba respirando. Parecía más pálido de lo normal y su mirada estaba fija en algún punto del río. —Tom por favor háblame, no quise llamarte así y no sé por qué lo dije. Por favor, di algo.—suplicaba Alma, quien parecía demasiado desesperada. Pero ninguna de sus suplicas hacía efecto en él, era como si no estuviese allí. Jordan continuaba jugueteando con Phaedra y ni siquiera se habían percatado de la situación. Marina y su padre charlaban animadamente a lo lejos, observando aquella escena que de seguro Phaedra les había inventado. —Te...tengo que irme.—tartamudeó Tom, con la boca temblandole. Alma lo sujetó del brazo y colocando una mano bajo su mentón giró su rostro para que la mirar