Como en un cuento de hadas, todo florecía, nuestros encuentros fueron cada vez más seguidos, tomábamos los espacios "libres" para disfrutar de la magia de la vida, éramos solo seres placenteros, vivíamos arraigados a la parte sexu∆l como fichas que encajan perfectamente en un rompecabezas, las caricias, el sudor, los besos y nuestras miradas penetrantes hacían explotar de sensaciones de nuestros cuerpos.
Pero como todo, siempre llegará esa parte de la vida donde nos encontremos en la cima de la montaña (cada paso que damos nos hace llegar hasta allí), ¿y que pasa al final ? ¿te lo has cuestionado o solo asumes que la vida es una carretera recta ?.
Llegó el momento, hay que bajar la montaña, subir siempre será más difícil, pero bajar, bajar siempre será más peligroso y complejo, por qué ? nuestro empaque está diseñado para ciertos procesos, cambios, desafíos, sin embargo algunas de nuestras partes sucumben con el tiempo, y podríamos decir que "se oxidan" así que bajar ciertamente "lástima".
En nuestra primera discusión no me percaté de lo que más adelante sería mi obsesión destructiva, Elisabeth se transformó, me grito en frente de algunos familiares y golpeó la mesa, mi sabio hermano se acercó a mi, me tomo del brazo y me susurró: -Estás consciente de donde te estás metiendo, lo miro fijamente y esbozo -¿De que hablas?
Mueve su cabeza de lado a lado, eres un hombre sabio, ve más allá de nuestros instintos mundanos, no puedo negar lo que es obvio, claro está, pero Elisabeth tiene problema de agresividad, puede llegar a hacerte naufragar, solo..... ¡ sólo ten cuidado.! - Culmina con un fuerte abrazo que sacude mi alma.
Pero... Continuó con mi proceso flamante de amor, paso la página de quizás el consejo más relevante de esta transición para hacerlo bolita y depositarlo en la canasta de la basura, todo un sorbo de un delicioso líquido azucarado y sigo alardeando de quien se había convertido en mi pareja.
Todos me observan fijamente, saben que detrás de mi, la sombra oscura se alimenta, sin embargo, callan, callan porque al final deducen que es más simple mantener una vida del común, sin opinar lo que muchos ojos observan fijamente, para grabar en sus memorias como cual teléfono que expone en las redes los pesares y dolencias de todos nuestros hermanos, así, así callamos para generar "adicción" a las malas decisiones que culminan en fatales emociones.
"Felicidad", el inicio de toda relación que nos hace obsesivos y derrumba nuestras armaduras, allí me encontraba con la plena seguridad de que perduraria toda una vida.