Sayen
Veo como Tahiel, se para diciendo algo a Lane mientras Qidel saluda a Itamar, se despiden de Pangui y se van los tres juntos, yo me quedo porque Teara no viene, su novia no fue invitada entonces no viene, y menos mal porque por como van las cosas iba a sacarme a la rasta de aca, tal como Lane, porque los jóvenes tienden a hacer fiestas locas, y Pangui advirtió de como iba a hacer a los jóvenes, los casados como Tahiel lo saben y se van de inmediato a no ser que se quieran enredar en un amorío con otra y esa otra lo quiera gustosa, hasta ahora y gracias a los dioses no ha ocurrido sino a Pangui y sus hermanos le van a prohibir sus propios padres que no lo hagan mas.
—BIEN GENTE, VAMOS A COMENZAR A JUGAR, LOS SOLTEROS PONGANSE POR ACA. —con mi prima Abi vamos a donde Pangui dice—. Hagan una fila, hombres aca, mujeres aca... —frente a mi queda Itamar sonriendo de lado sin dejar de verme, me pone incomoda casi—. El primer juego es... A los que tienen en frente va a ser suuuuu... —lo vemos a Pangui que sonríe—. Su ligue.
—¿Eh?.
—Si, son todos aburridos ustedes, estaban unos allá... Las chicas aca y asi no es, vamos... Miren que los juegos que siguen van a ser mas difíciles. —me asusto un poco cuando Itamar viene frente a mi, bien cerca se pone que siento que respiramos el mismo aire.
—Itamar...
—Vamos a romper el hielo Sayen. —se acerca mas haciendo que mi corazón lata como loco, pero no me muevo—. Si es que lo quieres.
—Si. —cierro los ojos y lo siento, sus labios sobre los míos, pero es simple, de bocas cerradas, se aleja sonriendo y todos hacen lo mismo.
—Bien bien, ahora vamos a hacer un juego de cartas, sepárense las mujeres con los hombres según el puntaje que saquen les voy a dar un número y los hombres también.
—¿Después vamos a tener que juntar los números con los números?.
—Si, pero con una sorpresa. —nos alejamos y no entiendo nada el juego, asi que sé que voy a sacar el último número, mucho no me gusta esto de andar a los besos con cualquiera, por eso Teara no quería que venga, pero todos hacen los mismos juegos para conseguir pareja, no me parece andar a los besos con todos.
—Listo, chicos, pónganse estas vendas. —todos se ponen las vendas sin decir nada pero divertidos.
—¿Qué número tienes Abi?.
—El cuatro, ¿tu?.
—El nueve, espero no me toque... —con los ojos le señalo al hermano de Pangui que me parece tremendamente desagradable—. Quiero que me toque Itamar sinceramente.
—¿Te gusta?.
—Es que recién lo besé, no quiero besar a otro, seria re asqueroso.
—¿VAMOS A PODER TOCAR ALGO?.
—ASI SABEMOS CON QUIEN NOS BESAMOS.
—Eso lo deciden las chicas, no sean asquerosos, dame tu numero. —me da intriga saber quién es el que le tocó mi número—. Ita... Le tocó el cuatro, aclaro chicas, no se pueden cambiar los números. —Abi me lo cambia por lo bajo, miro el número y es el cuatro.
—Gracias...
—Bien, chicas vayan frente a sus números. —me paro adelante de Itamar que esta muy serio, y como si fuera gracioso, esta con los ojos vendados esperando a ver quién lo va a besar, es un juego raro, puede ser alguien que no te gusta y yo no le gusto mucho, creo que le caigo bien nada mas—. Pueden alejarse un poco asi no están todos juntos, pero no pueden hablarles, tienen que adivinar con quién están. —agarro su mano para alejarlo, una mano grande.
—Ay, no quiero caer, espera... —voy lento para que no tenga miedo—. ¿A dónde vamos?, cierto, no me puedes hablar. —lo llevo detrás de un árbol donde lo empujo de los hombros—. Espera... Espera no me tires... —me muerdo los labios cuando toca el árbol y suspira, tiene cara de pánico donde creía que iba a caer—. Crei que me ibas a tirar... ¿Puedo tocarte para saber quién eres?, sé que no puedes hablar pero lleva mis manos a tu cuerpo si quieres, los hombros y los brazos, —lo quedo viendo porque sé que si me toca va a saber que soy yo ya que soy la única morruda—. No voy a propasarme.
—Itamar.
—Nooo, no hables, el juego no es asi.
—Soy la única gorda Itamar... —le levanto la venda asi me ve—. Me ibas a reconocer enseguida.
—No pasa nada... —se baja la venda de nuevo dándome risa—. Voy a actuar como que no eres tu... Desde que te paraste delante mío supe que eras tu.
—¿Cómo sabias?.
—Por las flores en tu pelo, jazmín silvestre, un aroma exquisito para ti, te realza mas.
—¿De verdad quieres que te bese?, todos los que están ahi van a estar aliviados de saber que no fui yo la que le tocó.
—De verdad quiero que me beses, y rogaba que fueras tu... —estira los brazos tocándome, baja las manos a mi cintura acercándose bien—. No mentí cuando dije en la mañana que me gustan rellenas, tal como lo eres tu. -—una mano queda en mi cintura y la otra sube por mi espalda hacia mi nuca—. ¿Tu quieres besarme?.
—Si.
—Entonces vamos a besarnos como corresponde, lo de recién fue solo el calentamiento. —se acerca lento donde no ve y yo me quedo quieta—. Eres muy hermosa Sayen... —me acerco a su boca donde se hace un poco hacia atrás.
—Ey.
—Suave florecita, bien suave, no te desesperes que tenemos tiempo. —cierro los ojos cuando busca mi boca, le facilito la cuestión abriendo mi boca y el aprovecha eso para meter su lengua.
—Mggg.
—Sshhh. —lo envuelvo por la espalda cuando cruza el brazo que tenia en mi nuca por encima de mi hombro derecho envolviéndome con fuerza y besándome aun con mas fuerza—. MMMMJJJJ.
—¡Oh Itamar!. —me gira apoyándome contra el árbol—. Mmgggg.
—Deberíamos parar... —vuelve a besarme con mucha intensidad, pero ahora lo envuelvo por la cabeza y él me envuelve por la cintura casi que alzándome—. Sayen... —me da besos por la mandíbula hacia mi oreja cosa que me da muchas cosquillas—. Paremos Sayen.
—Si. —se aleja bajándose la venda y respirando con fuerza—. Como me costó eso.
—ITAMAAAARRR.
—Vamos, ya debe haber terminado el juego. —estira la mano que la agarro, caminamos un poco hasta que la luz de las lamparas nos dejan ver el camino—. Mmmjjj, Sayen, acomódate el pelo.
—Si, ¿ahí?. —asiente viéndome a la cara, no mis manos acomodarme la trenza desprolija que tengo—. Bien, vamos... —cuando nos ven comienzan a reir donde fuimos los últimos en aparecer—. Voy con mi prima.
—Si...
—Amigaaaaa, ¿Qué hacían?.
—Nada, ¿estas loca que vamos a hacer algo?, encima a la luz de todos. —lo veo serio viéndome mientras los otros lo molestan.
—BIEN CHICOS, VAMOS A HACER OTRO JUEGO.
—Vamos Sayen, se entera mi papá y el tuyo de esto no nos dejan salir mas.
—Si, vamos...
—Pangui... —vamos hacia él que sigue hablando con sus amigos—. Pangui nos vamos con Sayen.
—Ey, si hay muchos juegos y quedan los jugos de fruta... Los que te gustan Abi.
—Bueno, nos tenemos que ir, si viene mi papá y mi tio y ven todo esto se arma y no los dejan festejar mas asi.
—Mejor váyanse... —nos reímos porque nadie quiere dejar de tener estas fiestas donde consiguen pareja o se hacen de una pareja amorosa para intimar—. Queremos seguir teniendo estas fiestas.
—Pues parale porque no vas a conseguir una esposa.
—Para eso lo hago nena. —se miran con Abi y ella es bien frontal.
—Pues si me llegara una proposición tuya la desecho, que asco.
—¿Eh?. —dejan de reir todos—. ¿Por qué asco?.
—Piensa en que todos saben de estas fiestas y de las chicas que vienen, van a quedar como que estuviste con todas las mas... Ya sabes, y después seria un asco estar con un hombre que pasó por muchas mujeres, solo eso.
—Ustedes están en la misma.
—Puede ser, yo vine a dos fiestas no mas, y la primera sin mis hermanos, vamos Sayen, muy rica la comida. —de la manos nos comenzamos a alejar—. NOS VEMOS CHICAS.
—Deja de hacerte la simpática nena.
—Lo soy, cómo que deje de hacerme si soy lo mas genial. —vamos bastante rapidito hacia el pueblo, las dos vivimos en las orillas asi que nos metemos por todo el pueblo para seguridad, saben quienes son nuestros papás y quién es mi tio, pero nunca falta uno que quiere jugar con fuego.
—CHICAS ESPEREN...
—Es... —Itamar viene corriendo.
—Aaayyy, que hermoso, acompaña a su enamorada.
—Cierra la boca.
—¿Ustedes la cerraron cuando estaban solos?.
—Chicas... —se para frente a nosotros sonriendo—. Las acompaño a sus casas.
—Gracias, la verdad que esta muy oscuro y no quería ir por en medio de todo el pueblo, ahora vamos por las afueras... —volvemos a caminar con el de mi lado.
—Tienes razón con lo que dijiste Abi, porque ahora estamos en la boca de todos con que vamos a esas fiestas, nuestros papás no lo saben porque confían en nosotros y creen que es algo tranquilo, pero cuando llegue a oídos de mi papá o el de ustedes se termina.
—Yo quiero casarme, y no quiero que mi futuro esposo crea que soy una cualquiera por esas fiestas o que no me llegue nunca una propuesta, seria mi ruina.
—Abiiii.
—No dije nada malo... Bien muchachos, llegué a mi casa, ¿Ita la puedes acompañar a Saye?.
—No te...
—Si, obvio, no voy a dejar que vaya sola. —le pego una mirada con odio a Abi que entra por el cerquito que hizo mi tio Ayen para hacer una división, nosotros lo tenemos también—. Esta linda la noche.
—Si, Pangui tuvo suerte para su cumpleaños. —veo mi tienda a un poco lejos donde estamos alejados de las demás tiendas—. Son muy amigos con él.
—Desde pequeños, mi papá con su papá son muy cercanos, íbamos a comer donde ellos, o ellos venían a mi tienda y ahi nos amistamos.
—Ah, son de la misma edad mas o menos.
—Él es unas estaciones mas grande, Tahiel no lo soporta.
—Tahiel es demasiado maduro, es como un anciano en cuerpo de hombre.
—Yo le digo eso, es muy amigo de Yomu asi que imagínate como es, Yomu ya es un hombre maduro, creo que del tiempo de tu papá o mas grande.
—El tio es mas grande que mi papá.
—Ahi tienes, no sé ni como me aguanta.
—Eres un muchacho maduro solo que no lo quieres admitir. —paro la caminata viéndolo de frente, es apuesto, alto, mas alto que su hermano y padre, morrudo, pelo bien corto y con una ligera barba—. Aca ya sigo sola, mi papá va a sentir si no vengo sola.
—Bueno, fue una linda charla.
—Si... Espero llegues bien a tu tienda.
—Voy a ir a dormir, mañana trabajo y esas fiestas no me funcionan mucho, si si... —me tapo la boca de la risa—. Mi responsabilidades las tomo demasiado enserio.
—Yo igual... —se me acerca mas poniéndome muy nerviosa—. Itamar.
—¿Puedo darte un beso?, si quieres mañana hacemos de cuenta que no pasó nada. —cierro los ojos cuando se acerca mas, me agarra de la cabeza y me besa, lo agarro de la cintura poniendo de lado mi cabeza donde se hace mas profundo el beso—. Mmmmggg,
—Tengo que entrar.
—Si, te dejo... —se aleja en silencio pero sin dejar de verme—. Nos vemos Sayen, cuídate.
—Tu también... —camina hacia atrás dándome risa donde no se va mas.
—Me gustaría volver a verte.
—Nos vemos casi a diario Itamar.
—De otra manera digo... —me giro al oír ruido de mi casa, mi papá aparece, me giro desesperada pero ya no esta mas.
—Creí escuchar que hablaban.
—Venia cantando. —entro por el cerquito sonriendo.
—Llegaste temprano, iba a ir a buscarte mas rato.
—Estaba aburrido, a parte con Abi dijimos de volver temprano.
—Bien, mejor... Asi nadie tiene de qué hablar.
—Ah, como si quisieran meterse contigo. —pasa su brazo por mis hombros dándome un beso en la frente.
—Vamos a dormir, te estábamos esperando con mamá.
—Si, vamos a dormir.
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