CAPÍTULO CATORCE
El agente Tom Sawyer no tenía prisa mientras se reclinaba en la silla al otro lado de la mesa. De nuevo en la misma sala de interrogatorios que previamente había usado con la doctora. Podía sentir sus ojos sobre él, aunque no podía verla detrás del cristal unidireccional.
Ilse Beck. Una mujer peculiar. Empezaba a ser una molestia. Miró hacia el espejo donde le había permitido estar de pie, observando. Tenía la intención de enviarla a casa, pero al final, decidió que su experiencia podía ser útil.
No es que confiara en ello.
Terapia. Tan solo otra excusa para charlar sobre los sentimientos de uno.
Eso no le servía a nadie. De tanto mirarse el ombligo la gente se quedaba bizca. Aún así, fue ella quien proporcionó la información que condujo al arresto del señor Campos.
