El mismo día Dubái Nadir Fuimos sacados de nuestra pequeña burbuja por el golpe en la puerta de la habitación de mi novia y con mi rostro lleno de malestar accedí a ocultarme, aunque estaba maldiciendo por tener que hacerlo, es que para mí no deberíamos escondernos, no es normal, no es lo ideal, sobre todo siento una impotencia por la situación, y lo peor es saber que no acabará en unos días está situación como piensa Bahir. Es verdad que tendremos más libertad en Londres, no cambia que de alguna manera nuestra relación debe seguir en secreto, y ese es un problema mayúsculo que no sé todavía como lo resolveré, igual entre en pánico, me aterre con la sola idea de que su padre nos pueda separar y debería haberme controlado, pero fue más fuerte la