No sé que hice a noche, no sé como llegué a mi habitación, y a pesar de que todas mis sábanas huelen a sexo, no recuerdo haberlo hecho. Cierro los ojos cuando siento la luz del sol pegando directo al rostro, y como su fueran flashbacks comienzo a recordar.
¿Fueron do chicas? ¿Fueron tres? No lo recuerdo, pero si mi habitación huele así es porque fue más de una, lástima que me encontraba demasiado ebrio para disfrutar de dicho suceso.
Vuelvo a abrir los ojos y me pongo de pie, eso es la jaqueca más horrible que tengo, y necesito deshacerme de ella de inmediato. Lo mejor, una ducha.
— ¡Guau! Menuda bienvenida — me digo a mi mismo mientras entro al baño y abro la ducha para entrar al agua fría y tratar de despertar.
Me quedo bajo el chorro de agua un momento mientras siento que mi cuer
