Tres años después
Vivimos en mundo de apariencias, fingiendo ser algo que no somos.
Mientras veía la ambulancia llegar, corría por toda la casa en busca de mi madre.
-madre, la ambulancia ya llego-le dije acercándome a ella-todo estará bien-pasé mi mano por su cabellera.
-es por aquí-escuche la voz de la tía Amelia- ayúdenla.
Los paramédicos se acercaron a mi madre que descansaba en el suelo con la respiración agitada.
-está perdiendo mucha sangre, debemos llevara de urgencia al hospital-informo uno de ellos.
A continuación, mi madre fue levantada por todos los enfermeros para poder llevarla hasta donde se encontraba la ambulancia esperándonos.
- ¿dónde está mi padre? -le pregunte a mi tía.
-ya lo llamé, nos estará esperando en el hospital-me explico.
- ¿y mis hermanos?
-tus hermanas vienen de camino, y los gemelos ya tomaron un vuelo hacia acá, llegaran a tiempo-dijo algo nerviosa.
-eso espero-susurre en un leve suspiro.
Mi tía y yo tomamos algunas cosas de la casa y en menos de los que pensamos ya estábamos dentro de la ambulancia de camino al hospital.
-aguanta un poco madre, ya casi llegamos-le pedí con la esperanza de que se calmara un poco ya que no dejaba de gritar por el fuerte dolor.
-ES insoportable-soltó un grito que hizo que todos los presentes se asustaran.
-cuñada, cálmate, ya estamos en el hospital-las puertas se abrieron y bajaron de prima la ca camilla en la que mi madre se encontraba retorciéndose del dolor.
-respira hondo-le dijo una enferma, mi madre hizo caso mientras los paramédicos la llevaban hacia dentro, donde mi padre nos estaba esperando.
- ¿qué le paso? -le padre se acercó a mi madre, pero se quitó al ver la urgencia que tenían los enfermeros por llevársela.
-papa-lo abrace fuerte.
- ¿qué paso? ¿qué le paso a tu madre? -pregunto viendo como entraban a mi madre a cirugía.
-se cayó den la cocina, y al parecer el parto se le adelanto-le explique.
- ¿cómo que se le adelanto? -pregunto alterado.
-eso fue lo que los médicos me dijeron-dije antes de que el desapareciera de mi vista.
Me senté en una de las sillas que se encontraban en el pasillo,
Justo cuando mi padre sale por un momento, mi madre se cae y el parto se le adelanta.
-tu madre está a salvo-menciono mi tía mientras se sentaba junto a mi-está siendo llevada a la sala de parto, y tu padre está a punto de colapsar a causa de los nervios-me explico riéndose.
-me imagino…
-iré por un café, ¿quieres uno? -negué-está bien, espérame aquí-empezó a caminar para así alejarse de mí.
Mire como los médicos se movían entre sí, entrando a habitaciones distintas.
- ¿Melody? -me gire al escuchar mi nombre.
- ¿Marcos? -enseguida corrí a sus brazos-te extrañé mucho.
- ¿a mí no me extrañaste? -subí la cabeza para mira por arriba de su hombro.
-Manuel-me acerque a él y lo abrace con todas mis fuerzas.
- ¿cómo esta mama?
-la tía Carla me informo que hace unos minutos fue llevada a la sala de parto-les explique.
- ¿pero se encuentra bien? -asentí.
-gracias a Dios me encontraba en la casa haciendo unos dibujos para nuestro padre.
-esa fue la suerte, ¿Mónica y Mariel ya llegaron? -negué en cuanto Marcos me pregunto.
-por lo que se, vienen de camino.
-hablando de las reinas de roma-me voltee para mira hacia donde Manuel estaba mirando.
Dos chicas de cabello castaño se nos acercaron como todas unas modelos, después de todo eso eran, modelos.
- ¿cómo esta mama? -preguntaron al unisonó.
-se encuentra bien, ya está en la sala de parto junto a papa-le explico Manuel.
-que alivio.
Mire a mis hermanos, quienes estaban un poco nervioso ya que no paraban de moverse de un lado hacia otro. no pude evitar ponerme sentimental, tenía más de cuatro meses sin verlos, hace un tiempo cada uno tomo un camino diferente, los gemelos estaban empezando la universidad, pero aun así habían empezado su propia empresa de videojuegos, mis hermanas quienes estaban terminado la preparatoria se habían dedicado a ser modelos de miles de marcas, mientras yo me había dedicado a terminar mi carrera como diseñadora, me había ganado un puesto en la empresa de mi padre como diseñadora de joyas.
-tía-mis hermanos gritaron y como una manada de elefantes se le tiraron encima nuestra tía.
-mis niños, ¿cómo están?
Mis hermanos empezaron a platicar con la tía Amelia, quien estaba muy feliz de verlos.
- ¿ya nació? -la tía Carla había llegado junto a su esposo.
-aun no, están en la sala de parto-la tía Carla solo un suspiro aliviada.
-ojalá nazca pronto.
Los segundos se volvieron minutos mientras que los minutos horas, ya había pasado una hora y no teníamos noticias de mi madre.
-ahí está su padre-grito la tía Amelia mientras corría hacia él.
Los demás imitamos su acción.
- ¿cómo esta katherin? -mi padre se tapó la cara, algo que nos puso nerviosos.
- ¿qué le paso a mi madre? Habla-exigió Mónica al ver que nuestro padre no transmitía ninguna emoción ni mucho menos alguna palabra.
-katherin está bien-se quitó las manos de su rostro.
- ¿y nuestro hermano o hermana?
Este había sido el embarazo más extraño ya que ninguno sabia el sexo del bebe.
-su nueva hermanita ya nació y goza de buena salud-con esas palabras nos tiramos encima de nuestro padre formando un gran abrazo.
-queremos verla-el asintió y nos llevó hacia la habitación donde nuestra madre descansaba.
-no hagan mucho ruido, su madre se podría despertar-caminamos por la habitación hasta detenernos en frente de una enfermera quien estaba cargando a nuestra hermana.
Todos soltamos un suspiro al ver lo hermosa que era.
-se llama martina-dijo mi madre abriendo sus ojos.
-madre-gritamos al unisonó.
-hagan silencio, la bebe se acaba de dormir-fuimos regañados por nuestro padre.
-es hermosa-dije acariciando su mejilla.
Con la llegada de esta bebe ya somos media docena, algo que nunca espere.
-si siguen reproduciéndose como conejos siento que pronto serán doce-la tía Carla se tocó la cabeza- ¿saben lo que es protección?
Mi madre iba hablar, pero un señor la interrumpió, al parecer el doctor.
-no se preocupe por eso, ya la señora rodrigues no puede tener más bebes, su cuerpo ya no le permite seguir dando a luz.
-eso dijo la otra vez, y mire-mi padre señalo a mi nueva hermanita martina-puede que aun falten más bebes.
-por las dudas, usen protección-dijo el doctor algo apenado haciendo que todos en la habitación nos burlemos de él.
Mis abuelos llegaron más tarde con múltiples regalos, agradecía que la habitación donde nos encontrábamos sea lo suficiente grande, ya que éramos muchos.
-donde está mi sobrino alexander, Amelia- pregunto mi madre mientras le daba pecho a martina-tengo mucho que no lo veo.
-no sabias? Se fue a una universidad junto con la hija de Carla, nos abandonaron la semana pasada-explico mi tía con cara de tristeza.
La tía Carla tuvo a su hija hace ya unos años a quien llamo Sofia, la cual cuando creció se enamoró perdidamente de alexander, el hijo de la tía Amelia, cuando la tía Amelia dio a luz a una niño llamado Erick, mi tía Carla tuvo otra niña dos años después a la cual llamo Laura, cuando estos jóvenes crecieron, hicieron lo mismo que sus hermanos, se enamoraron con locura.
Y hasta el día de hoy siguen siendo una gran pareja.
-no tendré más hijos, siento que cuando crezcan se irán como los demás, se marcharan con los hijos de Amelia -soltó algo enojada mi tía Carla.
-ya quisieras que mis hijos se fijaran en los tuyos-todos soltamos una gran carcajada al notar las torpes palabras de la tía Amelia.
- ¿y tú Melody? -mire a mi abuela.
- ¿qué pasa conmigo? -pregunte algo perdida.
- ¿no tienes novio?
-aun no, abuela, aún no he conocido a mi alma gemela.
-un sabio dijo que en la vida te encuentras con dos amores, el amor de tu vida y tu alma gemela depende de ti con cual quieras quedarte-todos posaron su mirada en mí.
Espero no equivocarme.