Ingrese a mi oficina para comenzar un nuevo día de trabajo. Cuando abrí la puerta alguien me esperaba. —Hola mamá ¿Qué haces aquí tan temprano?—pregunte sorprendida, dejando mi bolso sobre mi escritorio, para luego darle un beso en la mejilla. —Vine a ver a tu padre, y de paso vine a saludar a mis dos ingratos hijos que no se toman la molestia de llamar a su madre —respondió enojada. —Perdón mamá, hemos estado ocupados—me justifique por los dos. —Siempre dicen lo mismo—dijo dramáticamente—. Por otra parte, lo que me contó tu padre era verdad, te ves muy hermosa, este nuevo look te queda muy bien—agregó mirándome de arriba hacia abajo—. Cuéntame ¿ Sigues con ese hombre?—me preguntó refiriéndose a mi ex. Mi madre nunca le agrado y ahora comprendía que las madres siempre tienen un instint