Poco después llegue a mi trabajo. —Señorita Lozano, su padre quiere que vaya a verlo a su oficina—me comunicó mi secretaria. Dejé mi bolso a mi oficina y luego subí a su piso. Cuando llegué toqué su puerta y me asomé. —Pasa hija—me dijo él, se pude de pie en cuanto me vio. —¿En qué te puedo ayudar?—le pregunte con curiosidad, ya que no era muy frecuente que me llamara así de repente. —Necesito que le lleves este documento ahora mismo al señor Black a su oficina—comentó, dándome el documento, este tenía escrito en rojo la palabra confidencial y eso llamó mi atención—. El señor Black ya tiene conocimiento que iras—agregó —¿Por qué no se los mandas con el mensajero?—pregunte sin comprender su acción. —Es un documento muy importante y prefiero que alguien en quien confió se lo entregue—