Duramente habían pasado exactamente dos meses más, dos meses en los que tenía que soportar las ocurrencias y egoísmos de mi esposo, por no decir otras cosas, sentía que no llegaría al año de matrimonio, no cuando mi paciencia se volvía cada vez más pequeña. Me parece increíble ver como el tiempo pasaba tan rápido y de esa manera, mi matrimonio tenía ya 6 meses, a veces tenía la idea de que, en 6 meses más, todo esto acabaría para siempre, sin embargo, me recordaba que mi matrimonio no tenía fecha límite, nada pasaría al llegar el año de casados. Un suspiro pesado abandonaba mis labios, siempre que tenía la oportunidad de estar con Henry lo hacía, pero últimamente no he podido verlo tan seguido como me gustaría, el trabajo es algo que no puedo impedirle que haga, sobre todo cuando me he e