6

801 Words
Tiziano se encontraba en medio de una reunión para discutir los puntos más importantes sobre el nuevo proyecto que se llevaría a cabo en la ciudad de Nueva York. Era crucial para él que todo saliera perfectamente, sin lugar a errores. Afortunadamente, todo transcurría sin problemas y estaba seguro de obtener un resultado fantástico gracias a su talentoso y inteligente equipo, quienes estaban comprometidos en realizar la construcción asignada. ―Bueno, si alguien en esta sala tiene alguna objeción o pregunta, por favor levante la mano y le daré la palabra―, anunció Tiziano. Sin embargo, todos estaban de acuerdo y no hubo ninguna objeción. ―Muy bien, en ese caso, fue un placer discutir estos puntos con todos ustedes. Nos vemos el viernes de la próxima semana para verificar el avance―, concluyó Tiziano, finalizando la reunión antes de retirarse junto a su amigo Liam a su oficina. Una vez dentro de la oficina, Tiziano caminaba de un lado a otro, preocupado por un escándalo en el que estaba envuelto con una mujer. ―Tiziano, creo que deberías detener esto. Solo son rumores y sería bueno convocar una rueda de prensa para desmentir lo que se está diciendo sobre ti―, aconsejó Liam. ―Sí, lo sé, Liam. Pero incluso las mentiras pueden dañar y arruinar tu imagen. No puedo creer que una mujer esté difundiendo tantas falsedades sobre mí. ¿Cuándo nos vimos en un hotel? Afirma que nos encontramos y la golpeé. No lo puedo creer―, respondió Tiziano con frustración, tapándose la cara con las manos. Su amigo estaba convencido de que alguien se había infiltrado en la empresa y pretendía arruinar la imagen de Tiziano justo cuando estaba asumiendo un proyecto muy importante para la ciudad. No había otra explicación lógica. ―Por eso, no puedes perder más tiempo y debes convocar una rueda de prensa para desmentirlo todo. Ya sabes cómo funciona la prensa, siempre están buscando información y luego la distorsionan―, recordó Liam, instándolo a actuar cuanto antes. ―En este momento tengo mucho trabajo por hacer y no puedo enfrentarme a cámaras y micrófonos para hablar sobre algo que no es verdad. Deberías hacerlo por mí, después de todo, también te afecta―, agregó Tiziano, enojado por la situación. ―Lo haría por ti sin problemas, pero ambos sabemos que sería mejor que desmintieras todo cara a cara. Hazlo―, instó Liam. Tiziano puso ambas manos en su cintura y mirando a su amigo, suspiró exasperado por tener que interrumpir su trabajo para enfrentar a la prensa, todo debido a una desconocida o tal vez una mujer dolida con la que tal vez había tenido alguna noche. Ahora, al no recibir más atención de su parte, se inventaba toda una historia. Él no tenía la culpa de ser tan irresistible. Tiziano Fiorenmonti era como un imán para atraer a las mujeres. Aunque ser así tenía sus consecuencias, como lo que estaba experimentando en ese momento. ―De acuerdo, me he decidido a hablar con algunos medios y reporteros para que estén aquí hoy mismo y así poner fin a todo. Estoy seguro de que no dudarán en venir, siempre buscan alguna información―, aseguró Tiziano, bufando y volviendo a tomar asiento. Liam le dijo que se retiraría para comenzar a llamar a los medios y organizar la rueda de prensa esa misma tarde. Mientras tanto, Tiziano quedó en su oficina sentado en su cómoda silla giratoria, con la vista fija en su portátil. Sin embargo, sus pensamientos fueron reemplazados por la joven que se estaba adueñando de su mente cada día de manera más persistente. No le gustaba en absoluto. ―¿Qué me está sucediendo? No puedo creer que siga pensando en esa mesera―, se preguntó a sí mismo. Luego, comenzó a revisar otros documentos en su portátil y descubrió que había olvidado firmar uno de ellos. De inmediato, se puso manos a la obra para resolverlo, sin perder más tiempo y evitando cualquier contratiempo, algo que quería evitar a toda costa. Le parecía extraño que no hubiera puesto su firma en aquel documento digital, pero admitía que había estado algo distraído en esos días y no quería admitir en voz alta la razón de su abstracción, aunque sabía muy bien que, además de este escándalo que se estaba gestando, también tenía que ver con ella. Elizabeth Miller, ella era la responsable de tener su mente en otro lugar, en vez de enfocarse en lo que realmente debía. Por eso se sentía enfadado consigo mismo. Nunca antes había perdido la cabeza por una mujer y ahora eso estaba sucediendo, y encima por una desconocida. No había razón para que se sintiera así, pero era lo que estaba experimentando en ese momento.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD