CAPÍTULO 4

2194 Words
Hoy me levanté sin ganas de nada, ya no sé qué más hacer, la extraño tanto, si estuviera muerta y enterrada tendría un lugar donde llorarla, donde hablarle, un lugar donde mis hijos también irían a verla y hablar con ella, pero no, todo lo contrario, no se donde está, y si está viva, si está muerta, en qué condiciones vivirá si vive, es algo que tampoco sé. Lloro y hablo solo en la soledad de nuestra habitación, la extraño tanto, saber que desde la conocí cambió mi vida, el que me rechazara y me ignorara hacía que tuviera más interés en ella, cuando nos dimos el primer beso en esa pizzería, el que después aceptara mi propuesta, cuando le hice el amor por primera vez, cuando me cantó y me dijo que me amaba. Me duele tanto que no se cuanto más aguantare todo este dolor, ella se volvió mi todo, me enseñó amar de verdad, llegaste a mi vida cuando pensé que nada valía la pena, pero así como llegaste te fuiste. Tal vez si me cambiara de casa, ya que en esta, está su recuerdo, su olor, sus cosas, en esta casa entramos como marido y mujer. Tengo que salir de aquí, tengo que estar solo, llamo y alquilo un Jet, tengo que despejar mi mente, aunque sé que los recuerdos del amor de mi vida estarán conmigo siempre. Llamé a jess, no creo que vaya, que me presente a la dichosa arquitecta la otra semana, que lo que me tenga que decir me lo diga por teléfono y si tiene que ser en persona que me lo diga cuando regrese. Después de hablar con Jess y desahogarme con ella, me quedé con una sensación extraña. Decido trabajar para que las horas se pasen rápido, a las 4 de la tarde me llaman para avisarme que hay un retraso de 2 horas porque le están dando mantenimiento al Jet. Por lo que resignado decidí ir a ver a Jessica y que así me dijera qué era eso tan urgente. De camino a su casa me siento nervioso, extraño y no sé la razón, desde ayer que hablé con ella la sentí extraña, preocupada. Al llegar a la casa toco el timbre, me abre Jess quien al verme su expresión es de asombro, seguro pensó que no venía. —Me iré en la noche, así que vine antes de hacerlo. —Genial pasa. —me dice jalándome del brazo. —¿Qué pasa? ¿Por qué tanta desesperación? —Gabriel tengo que hablar muy seriamente contigo, pero lo haremos cuando se vaya la nueva arquitecta. Por favor no te desesperes, y deja que yo te explique cuando ella se vaya. —Me estás asustando, ¿Es algo grave? — La reacción de Jess en verdad me está asustando. —Pues sí, solo prometeme lo que te acabo de pedir. —Esta bien te lo prometo. — será mejor que lo haga, ya que está muy alterada. —Ok, andando. Antes de entrar al despacho, respira profundo ¿Qué le pasa?. Una vez adentro, un olor llega hasta mi nariz, no por Dios, no aquí. El olor de mi princesa llega a mí. Observo a una mujer rubia concentrada viendo unos planos. —Llegamos Montserrat, él es nuestro jefe Gabriel. ¿Montserrat? ¿A dicho Montserrat?, la rubia levanta la mirada y yo me quedo petrificado, cierro los ojos con fuerza, no esto no puede estar pasando, esto no es imposible, te extraño tanto mi amor que ya te veo en otras personas. Vuelvo a abrir los y ella también está en shock viéndome, término de acercarme, y ¡Dios! es mi mujer, mi Montse, solo que rubia, está muchísimo más hermosa, de lo que ya era. Me lanzo abrazarla, no puedo creer que sea ella, sin más tomo su cara y la beso con amor con cariño, pero ella no me corresponde de inmediato lo cual me sorprende por lo que me separó lentamente, ella tiene los ojos cerrados, le acaricio su rostro, ese gesto hace que los abra y me mire a los ojos pero puedo ver que está confundida. —¿Gabriel qué estás haciendo? — me dice Jessica separándome de mi mujer. — disculpalo Montserrat, te confundió con su… te confundió. Mejor sigo con las presentaciones Montserrat él es Gabriel, Gabriel ella es Montserrat la nueva arquitecta.  —¿Acaso esto es una broma? — digo algo enojado, si es una broma, es una de mal gusto.  —¿Disculpe? — dice mi Montse. —Gabriel, por favor acuérdate de lo que te dije por favor. Yo miro a ambas extrañado, pero en especial a mi mujer. No puedo creer que la tenga enfrente de mí. —¿Montserrat podrías salir un momento? — le pregunta Jessica, ella solo me mira a los ojos como buscando algo en ellos. —E.. este, si claro. —observo a mi mujer salir algo extrañada. Una vez que se fue, me giré hacia Jessica. —¿Qué significa esto? —¿Que parte de que me siguieras la corriente y después te explico no entendiste? —No me puedes pedir algo así, ella es mi mujer. ¿Porque actúa como si no me conociera? —Porque no te conoce Gabriel, o al menos no por ahora. —¿Qué diablos estás diciendo? —Gabriel te explicaré algo rápido, después de que Montserrat se vaya hablaremos más tranquilos ¿De acuerdo? Yo la miro sin saber que decir, pero por el momento solo asiento. —Montserrat perdió la memoria. —¡¿QUÉ?!  —Shh, escuchame, ayer me la encontré por casualidad en el restaurante que te dije que me acompañaras almorzar, al parecer es de ella, bueno la cuestión es que cuando la vi me asombre, cuando la llamé por Montserrat ella correspondió al nombre, me preguntó que si que si yo la conocía, me extraño que no me reconociera, entonces ella me dijo que había perdido la memoria hace casi dos años en un accidente, Melissa dice que no podemos contarle la verdad hasta no saber como se encuentra su cerebro, y para eso hay que hacerle muchos exámenes, ya que hay que ver que tan grave está te pido que por favor actúes normal. Estoy en shock, esto debe ser una pesadilla, recupero al amor de mi vida ¿Pero ella no sabe quién soy? Jessica se va a llamarla de nuevo, a los segundos entra la mujer más hermosa que mis ojos han visto, la mujer por la que he sufrido casi dos años, esta tan hermosa, la miro de pies a cabeza y la veo hasta más sexy, en eso mi ojos se posan en su vientre ¿Y mis hijos? Montserrat se sienta a la par mía y yo no dejo de mirarla. —Disculpa lo de hace un momento, lo que pasa es que te confundí, extraño tanto a alguien que la veo en todo lado. —Tranquilo señor, no hay problema. —Por favor solo dime Gabriel. —observo que me mira con atención, y no quita su mirada de mis ojos. — ¿Pasa algo? —Sus ojos, el color es idéntico a… — se queda callada. —¿A quién? — pregunta Jessica. —No me hagan caso, me llevaré los planos para revisarlos bien, ¿Claro si no hay ningún problema? — dice mirando su reloj. —No, no hay problema, a partir de mañana empiezas a trabajar ¿Te parece? —Sí claro. ¿A qué hora? —De 8am a 5pm será mientras dura el proyecto, si haces bien tu trabajo puedes firmar un contrato para permanecer varios años con nosotros, y será en el banco central. —Montse al escuchar el nombre del lugar abre los ojos como platos. —¿Es para ese banco? — yo frunzo el ceño ante su pregunta. —Si, ¿Por qué? ¿Qué pasa?— pregunta Jess, yo sigo sin decir nada como un completo idiota, en mi defensa sigo en estado de shock y con muchos sentimientos encontrados. —Es que tengo prohibido ir ahí. —Al escuchar sus palabras me alertó, y la rabia empieza a inundar mi cuerpo. — Ya sabes —le dice Montserrat a Jessica Como si eso lo explicara. —Bueno dile otro lugar, un hotel ¿Te parece? —Si claro, y de verdad gracias Jessica y a usted Gabriel, ahora me voy tengo que recoger a mis hijos —¿hijos?, ¿Mis hijos?, miro a Jessica y ella asiente. —¿Si quieres te puedo llevar? —pregunto emocionado. —No, gracias traje mi auto. ¡Mierda!, quiero conocer a mis hijos. Pero ya lo haré porque no pienso dejarlos escapar. —Esta bien, fue un placer conocerte Montserrat.— observo que se sonroja. —Igualmente, bueno con su permiso me retiro. —Explícame bien. — digo una vez que se ha ido mi Montse y con ella mi Corazón. —Gabriel no te va a gustar lo que te voy a decir. —Habla de una maldita vez. —Montserrat está casada y no es precisamente contigo. El oír sus palabras me hace levantarme de un brinco de la silla. —¿Qué mierda dices? —Gabriel a tu mujer la engañaron, al perder la memoria le hicieron creer muchas cosas que no son ciertas, en especial su apellido, le dijeron que era Uribe, y al casarse tuvo que ponerse el apellido del esposo. Pensar en que ha dormido con otro, que otro la ha tocado, que es otro el que le ha hecho el amor, hace que me hierva la sangre. —Lo voy a matar, juro que lo voy a matar, pero tanto que la busqué ¿Nunca vio un periódico? ¿Las noticias? —Estaba en Londres, hace dos meses regresó, ya que quiere recuperar la memoria, y tal parece que al esposo no le agrada la idea. —¡Hay que averiguar quién es! Te juro que se va a arrepentir de haber nacido. —¡Yo, ya sé quién es!  —¿Quién? —Es Andrés Altamirano —¿Qué? ¿Acaso es un chiste? ¿Ese maldito?, claro, él renunció 6 meses después que Montserrat desapareció, recuerdo que antes de que renunciara estuvo trabajando desde la casa, ya que según él su madre estaba muy mal, y lo peor de todo es que yo le di esos permisos para salir del país. —golpeó fuertemente el escritorio. —¡Calmate Gabriel! —¿Cómo me pides eso?, si sabes lo que he sufrido por no tener a mi mujer y mis hijos conmigo y saberla de otro, me está carcomiendo el alma. —Gabriel, tranquilízate y piensa ¿Quieres? Los documentos tienen que ser falsos, Montserrat Uribe no existe, ni existió, ella está casada contigo, “el matrimonio” de ellos debe ser falso, —sonríe — ¿Sabes como se llaman tus hijos? —¿Cómo? —pregunto emocionado. —Gabriel y Valentina. Mis manos se van a las cara, cuando siento que me desmorono, mis hijos, mis angelitos, Jessica me abraza y yo acepto su abrazo, siento que ya no puedo más, todo lo que he pasado es mucho para mí, para cualquier persona en realidad. —¡Se llama como yo!, ¡le puso mi nombre! — digo entre sollozos.  —Sí, cuando le pregunté porqué le puso así, dijo que no lo sabe, que cuando nació y lo miró a los ojos, el nombre salió de sus labios. El niño fue el primero en nacer, y 10 minutos después nació tu princesa. Gabriel tienes que recuperar a tu familia, mientras que Montserrat recupera la memoria podemos ayudarle a que recuerde, haciendo cosas que ella ya hacía, conquistala de nuevo, recuperarlos, tú la conoces, sabes lo que le gusta y lo que no, puede que esas cosas no hayan cambiado. —dice eso último para irse de vuelta a su escritorio, observo como en un papel escribe algo, y luego me lo da. —Toma, su número de teléfono, la dirección de la casa, de la guardería, y del restaurante, que ella se vuelva a enamorar de ti, es tú responsabilidad. Le acepté el papel y sonrió encantado, claro que la recuperé y ese maldito de Andrés se va a arrepentir de haber nacido, y mucho más por pretender quitarme a mi mujer y mis hijos. Serás un nuevo reto Montserrat, pero lo lograré, te recuperaré mi amor, empezaré de cero y lo haré con mucho gusto. Me levanto, limpio mi rostro y me despido de Jessica no sin antes darle las gracias, me ha devuelto la vida. Todavía hay cosas que no entiendo, pero sé que cuando Montse recupere la memoria o le saque la verdad a golpes al maldito de Andrés, voy a saber lo que realmente pasó. Pero no descansaré hasta que vuelvas a hacer mía y empezaré desde ya, tengo que conocer a mis hijos.   Salgo de la casa rumbo a un lugar en específico, ya que tengo un nuevo propósito. Recuperar al amor de mi vida.
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