Cameron se desafanó de los brazos de su hija, mirándola confundido.
—¿Qué dices? —preguntó Cameron aturdido.
—¡Mienten!
—¡Ya basta, cállate, Ava! —gritó Cameron
Luego les señaló un camino para que Kalani y Saint lo siguieran.
Ava los vio con rabia, y abrazó a Thomas.
—¿Cuándo regresó? ¡Maldita sea! Debiste advertirme.
—No lo sé, mi señora, si lo hubiese sabido, hubiese impedido que se enterara de esto.
Greta hizo llamadas con desesperación, igual que Greg, buscaban donadores de sangre, sin importar pagar altas cifras de dinero.
Cuando se alejó un poco para seguir llamando a sus amigas, vio a ese hombre ahí, que dejaba de platicar con Ava, acercándose a ella.
—¿Qué haces aquí?
—Me acabo de enterar, lamento mucho lo que pasó a tu hijo, si puedo ayudar en algo.
—¡No quiero tu ay
