—¡¿Hermana!? —exclamó Kendrick al llegar junto a Mila. Se distrajeron un segundo, pero, Kendrick, cuando vio que Hank estaba por lanzarse contra Shirley, le dio una patada tan fuerte que lo hizo caer de espaldas al suelo. Kendrick le quitó la pistola a Shirley, cortó cartucho y se acercó a él. Hank empezó a sudar frío, a chillar y suplicar, parecía un pequeño infante sollozando. —¡No me mates, soy inocente! Sus guardias aparecieron. —¡Lleven a esta basura a mi casa! Llévenlo al chalé, estaré ahí en unos segundos, y átenlo bien. Ya arreglaremos cuentas. Otros dos guardias llegaron y Kendrick pidió que ayudaran a su chofer. —Acompáñenlo al hospital y vean como está. Kendrick miró a Shirley, estaba tan asustada, sus ojos tenían lágrimas, y se veía pálida, con la mirada hundida. —Mila