Roben miró a sus hermanas y suspiró. Él las amaba, pero por lo general sólo hacían cosas femeninas. Como no podía traer a sus amigos a casa todo el tiempo... se dio cuenta de que necesitaba un amigo que estuviera con él las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.
¿Qué mejor manera que tener un hermanito con quien jugar? Podían jugar videojuegos juntos... correr por el vasto césped de la mansión y hacer muchas otras cosas que a los niños les encantaba hacer.
La emoción lo invadió ante el pensamiento. 'Tenemos un papá. ¡Ahora quiero un hermanito!' Dijo en silencio.
El evento deportivo continuó. Cuando terminaron todas las competiciones, los niños fueron recompensados por sus esfuerzos. Se les entregaron medallas y pequeños trofeos.
Los que quedaron primero, segundo y ter
