La pareja finalmente regresó a su país. Celia había llevado a los trillizos al aeropuerto para darles la bienvenida.
En el momento en que vieron a sus padres, los trillizos corrieron hacia ellos gritando:
—¡Papá! ¡Mami! ¡Has vuelto!
Tessa y Aaron se arrodillaron y abrazaron a sus hijos.
Aaron abrazó a su familia. —¿Quién quiere ver nuestro nuevo hogar?
—¡¡¡A yo!!!
…
—Papá, ¿pueden venir mis amigos a jugar? —Roben le preguntó a su padre después de mirar alrededor del cuarto de juegos.
Más temprano, cuando llegaron a la nueva mansión, Aaron llevó a su familia a dar un recorrido por la casa. La mansión fue construida en un barrio tranquilo. Los patios eran grandes y muy espaciosos; se necesitarían unos buenos treinta minutos para encontrar un vecino.
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