—Tu deseo es mi orden, pastelito —dijo Aaron con una sonrisa lateral. Pasó su brazo alrededor de la cintura de Tessa y la sentó en su regazo, provocando un grito ahogado de ella. Terminó sentándose a horcajadas sobre él con las manos apoyadas sobre sus hombros. Tessa llevaba una falda corta que se había subido cuando se sentó en el regazo de Aaron. Los ojos de Aaron bajaron a sus muslos cremosos y sus ojos se oscurecieron cuando la lujuria pasó a través de ellos. Se lamió los labios sensualmente. —Me encanta que uses falda. Hace las cosas más fáciles —la provocó. Con los ojos fijos el uno en el otro, Aaron deslizó su mano hasta la nuca de Tessa y la atrajo hacia abajo para besarla. Cuando reclamó sus labios, pareció como si el mundo entero se hubiera desvanecido. Sus cuerpos estaban a