de compartir un rato con todos los compañeros de trabajo, los cuales le desean un feliz viaje, Tamara se retira a su oficina, para dejar todo en orden, y recogiendo todas sus cosas personales, las cuales mete en una caja, a excepción de su foto con Clibert, la cual echa directo al bote de la basura. Mientras hace todo esto, ella recuerda como fueron sus inicios en la empresa.
Recuerda aquella chica Tímida y llena de miedos que empezó como la secretaria de ventas. En ese momento su jefa María Zarate, una mujer de unos cuarenta años, era una experta en su ramo, quién al ver el potencial escondido en Tamara, la tomo como su aprendiz, enseñándola a tener confianza en sí misma. Al poco tiempo está se jubila, proponiendo a Tamara como su sucesora, cosa que no dudaron en hacer, por lo que Tamara
