El destino y sus jugadas... Si alguna vez hubiese planeado algo no lo hubiese conseguido tan perfecto. Era fin de semana y en vez de quedarme en la cama durmiendo quise salir de compras. Iría por algunas cositas para Isabella. Bueno, también compraría ropa interior para mí. Los senos ya se me salían de la copa, estaban creciendo mucho. Me sentía rara porque ahora los extraños me observaban y me trataban con amabilidad. Era sorprendente el cambio qué mi cuerpo estaba experimentando ya no tenía la misma agilidad que me caracterizaba. Mi caminar era lento, me fatigo con facilidad y el sueño es el protagonista de mis tardes. Empecé a entrar a las tiendas de bebés, y veía tantas cosas hermosas que no sabía que elegir. Pero terminé por comprar unas pijamas, una mantita de color fucsia y un