Fiesta de graduación. «Empezar a respirar diferentes responsabilidades» fue la sensación que tuve cuando recibía el título de educación media. ¡Lo habíamos logrado! Bueno, no todos, pero por lo menos yo estaba ahí con mi toga y birrete. Me encantaba ver los cambios que no solo mi cuerpo estaba experimentando. Pensaba de una forma diferente, ansiaba con más vehemencia conseguir éxitos en la carrera deportiva. —¡Oye renacuajo! ¿Llegarás a mi fiesta? No quiero bailar con otro que no seas tú. —Le dije por teléfono a Edrien, que había viajado a España para una preselección. —Te prometí que llegaría para verte con traje de gala y lo haré. —Puse la mano en el micrófono para que no escuchara mis ruidos de emoción y salté varias veces. —¿Qué ocurre? —Preguntó él. Yo negué diciendo que no era n