—¿Cómo está Paula? —indagó Juan Andrés, reflejando en su mirada preocupación. —Mejor —carraspeó intentó recomponerse—, tu esposa sufre migraña —mintió, pues Paula luego de que había recuperado la conciencia, le había pedido no decirle sobre su enfermedad a Juan Andrés. —¿Migraña? —cuestionó dubitativo. —Así es, pero le estamos realizando otros estudios, la estabilizamos y con el medicamento que le administré se va a sentir mejor, deben esperar que se termine el suero —mencionó. —Gracias —contestó a secas Juan Andrés. Sergio volvió a clavar su mirada en el niño, deglutió la saliva con dificultad y desapareció entre los pasillos del hospital, de inmediato llegó a su consultorio, sacó de uno de sus cajones unos medicamentos, los sacó del blíster y los engulló con rapidez, bebió un v