Paula reaccionó, se alejó de él de golpe. —No juegues conmigo —advirtió—, siempre has repetido que un hombre como tú, jamás se fijaría en alguien como yo —recalcó, y se alejó a prisa hasta la alcoba. Juan Andrés se quedó estático, se llevó la mano a la frente, su soberbia ahora le estaba pasando factura, había ofendido a Paula en reiteradas ocasiones por su condición humilde, y era lógico que pensara que él solo estaba jugando. «Pero ¿qué era lo que realmente le inspiraba Paula?» se cuestionó. Se estremeció y prefirió no responderse a ese interrogante. **** Paula por su parte sentía su corazón agitado, tocó con sus dedos sus labios, jamás imaginó que su primer beso se lo daría con alguien que parecía físicamente un príncipe; sin embargo, un ligero estremecimiento recorrió su cue