—¡Buenos días cariño! —le dijo Ignacio desde la puerta de la oficina a Bianca.
—¡Hola! ¿Por qué tan feliz? —preguntó ella.
—Tú cuñada me invitó a una parrillada en casa de tus padres, e irá Dino. Ya quiero a Cintia —le dijo Ignacio ante el rostro impávido de Bianca.
—¡Horror! Me quitó a mi hermano, no puede robarte a ti también, no me hagas esto —suplicó.
—¡No puedo no hacerlo Bia! Es como si te llevaran a Maximiliano de la O a un lugar y te inviten y sepas que te lo vas a encontrar y podrás hablar con él —le dijo.
—¿Por qué nombras a Maximiliano de la O? ¿Qué tiene que ver? —preguntó ella.
—Cari. No puedes verlo porque se te bajan las bragas solas, yo entiendo, pero el tipo es medio patán, no sé porque te fijas en él, tú mereces más, eres bella, inteligente, buena —le dijo Ignacio.
