Mientras la multitud los empujaba, la cercanía entre Alessia y Kelvin se hacía casi insoportable. La tensión era una llama que consumía el aire entre ellos, junto a la tentación que le producía los labios de Kelvin a Alessia. Él, con su corazón latiendo a un ritmo frenético, se alejó un paso, rompiendo el hechizo momentáneamente, y creando así un espacio frío y vacío entre ellos. El rechazo repentino de Kelvin deja a Alessia paralizada en la pista de baile, y su corazón latiendo con fuerza contra su pecho. —Alessia, no puedo —dijo con voz firme pero temblorosa—. No de esta manera. La confusión se reflejaba en sus ojos, y una mezcla de sorpresa y dolor ante la distancia de Kelvin. —Kelvin, yo… —Alessia intenta alcanzarlo, pero él da un paso atrás, haciendo más grande esa barrera invisi