Federico.
Pasan unos días en donde nos vemos muy poco por miedo a que su familia descubra lo nuestro y por si Jonás quiere intentar algo en contra de alguno de nosotros si es que sabe que estamos juntos.
—¿En la noche vas a mi casa?. —la miro por el espejo retrovisor mientras voy llegando a su casa.
—No, no puedo ir, quedamos en que viene mi abue en la noche a cenar.
—¿Entonces mañana?.
—Te aviso si puedo mañana, puede que en la noche de mañana. —dejo el auto en el garaje de su casa nueva sin bajar, se inclina hacia adelante dándome un beso—. No te enojes amor, dentro de poco ya vamos a poder vernos como lo que somos. —bajamos y debo ir por mi camioneta, para los padres va a ser raro que lleguemos y no me vaya.
—Federico. —me paro frente a Michel que sale de la casa—. Espera un segun
