Los pensamientos dentro de la cabeza de Ahmed no cesaban, lo atormentaban, no sabía cómo reaccionar ante el comportamiento agresivo de Abdel, al que a pesar de todo seguía viendo como su hijo. —Hijo, creo que necesitamos hablar, ¿Qué piensas hacer con esos niñ*s? —Basima no deseaba tener cerca a los hijos de Lyna. —Madre, son mis hijos, y no quiero que nadie más se entere de lo que ha sucedido respecto a ellos. —No puedes hacerte cargo de los hijos de otro hombre, Abdel no puede ser tu heredero, de ningún modo voy a permitirlo, es un chico agresivo, sí crece junto a tu mujer y tus hijos, será un peligro. —Madre, no puedo simplemente echarlos a la calle, para ellos yo soy su padre. —Yo cumplo con advertirte, Abdel te dará grandes dolores de cabeza, pero es tu decisión, solo mantenlo le