Ahmed intentó contener su furia delante de Abdel y Antara, después de todo ellos no tenían la culpa de lo sucedido, les pidió salir, mientras él soportaba que el traidor colocara su mano sobre su hombro a manera de saludo. —Amigo, he decidido pasar un buen tiempo aquí contigo, espero que puedas admitirlo, sabes que he perdido toda mi fortuna nuevamente, y confío en que cuento contigo. —Claro, amigo, hablaremos sobre eso al regresar, necesito que me acompañes, se me ha presentado un asunto urgente, y te necesito conmigo. —Por supuesto, en casos así, debes de tener a tu lado a personas de gran confianza, así como yo, que me cuento entre tus más cercanos amigos. —Perfecto, entonces vamos. Azzel sonrió, Ahmed era un completo tonto, había caído de nuevo, siempre había sentido odio hacia él