Ninguno de los dos habló, comimos en silencio cosa que agradezco. La comida estaba exquisita, aunque no puedo negar que tenía un nudo en mi garganta. Cuando comimos el postre, nos levantamos sumidos en nuestros pensamientos y nos fuimos a sentar en la gran sala de la casa; nadie quería romper el silencio, me sentía como una joven que va a presentar a su novio a la familia, aunque nunca pase por eso, me imagino que así se debe sentir, y bueno no es que Ashton sea mi novio. —Bueno, se que el Señor Blake no vendría, si no fuese de suma importancia. Se que eres un hombre muy ocupado, pero se nos hace tarde Isabella—dijo con autoridad. A Ashton se le veía algo nervioso, lo cual me dio bastante risa. —Ashton vino a casa para hablar sobre mi renuncia. Se sorprendió bastante de mis palabras