. Me reconoció. Él es el lobo n***o del bosque, y mientras hacía un escaneo de todo mi cuerpo, él me llevaba del brazo con la bruja de su madre.
— Tu aroma es intenso... —interrumpi antes de llegar, deteniéndose.
Dave se detuvo antes de llegar completamente, su expresión una mezcla de curiosidad y sorpresa mientras observaba a Lily. En medio del bullicio de la fiesta, sus palabras apenas llegaron como un susurro compartido, un momento de intimidad entre ellos dos en medio de la multitud. Lily, consciente de la atención mínima que atraían, se inclinó hacia Dave, compartiendo sus pensamientos en un susurro apenas audible, deseando ser escuchada solo por él en ese instante fugaz.
— Tú hueles a rosas y a peras, me dan ganas de darte un mordisco delante de todos estos inservibles. Pero mami te espera. —dijo mamá con todo el sarcasmo, haciéndome sonreír.
Después de las palabras de Dave, mi corazón dio un vuelco en mi pecho. Su aliento cálido rozó mi piel y me sentí momentáneamente abrumada por la intensidad de su presencia. El aroma a rosas y peras impregnó mis sentidos, mezclándose con la atmósfera cargada de la fiesta. Me sentí como si estuviera atrapada en una burbuja de complicidad, aislada del bullicio que nos rodeaba.
Su tono juguetón y amenazante al mismo tiempo me sacó una risa nerviosa. ¿Un mordisco delante de todos? La idea era descabellada, pero extrañamente emocionante. ¿Qué pasaría si realmente lo hiciera? La mirada de Dave parecía desafiar las normas establecidas, y por un instante, me sentí tentada a dejarme llevar por esa rebeldía.
La presencia sarcástica de la madre de Dave enmarcó el momento con un toque de humor, aliviando la tensión que se había acumulado en el ambiente. Aunque sabía que debía mantener las apariencias, una chispa de complicidad brilló entre nosotros, creando un vínculo momentáneo que me hizo olvidar, al menos por un instante, el caos que reinaba a nuestro alrededor.
Tomó mi mano y me ayudó a subir los escalones del escenario.
— Liliam Williams, has tenido el gran honor de ser escoltada por mi hijo Dave. —se acercó a su hijo y le dio un abrazo igual de afectuoso que al primero en llegar, pero sin ser correspondido.
La voz de la luna de la manada resonó en el salón, llenando el espacio con su autoridad. Sentí la mirada penetrante de todos los presentes posarse sobre mí cuando mencionó mi nombre. La sensación de ser el centro de atención me abrumó, pero aún así, traté de mantener la compostura.
Cuando la luna se acercó a su hijo Dave, pude sentir el palpitar acelerado de mi corazón. El abrazo afectuoso que le dio fue correspondido con una frialdad que contrastaba con la calidez de sus palabras. Me quedé petrificada al sentir sus labios sobre mi mano, dejando un rastro de calor que parecía quemar mi piel. ¿Cómo podía mantener la calma ante esta situación?
A mi lado, Dave desafiaba las órdenes de su madre, ignorando su indicación de unirse a la mesa principal. Su presencia a mi lado me dejó sin aliento, y mientras luchaba por controlar mi rubor, no pude evitar notar la mirada cargada de ira entre él y su hermano James. El ambiente se volvía cada vez más tenso, y yo me sentía atrapada en medio de una batalla de voluntades que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.
— Continuemos con la última joven, ella es Liliam Williams, hija de George y Luisa Williams, estudia en la universidad de la manada y es voluntaria en el orfanato. Hoy es su cumpleaños número 18 y su pelaje es... —otra interrupción, una que me dejó la boca abierta y a la luna de la manada que me estaba presentando.
Ambos hermanos gritaron la palabra que no esperaba de ninguno de los dos, reclamandome como suya...
— ¡Mía!
Los hermanos, James y Dave, irrumpieron en el silencio con un grito unísono que resonó en mis oídos, reclamándome como si fuera su posesión. El impacto de sus palabras me dejó atónita, sin aliento, mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar. ¿Cómo era posible que ambos me reclamaran como suya? La confusión se apoderó de mí mientras el caos estallaba en el salón, y la luna de la manada, evidentemente sorprendida, buscaba comprender lo que estaba sucediendo.
Y después de eso se creó el caos.
James se veía elegante en su traje, cabello corto y perfectamente peinado. Se había puesto de pie y con largas zancadas llegó al escenario intentando quitarme de al lado a Dave, él se negaba a alejarse de mí, apretó más mi mano sin hacer fuerza y le decía a su hermano a gritos que yo era de él.
— ¡Es imposible! ¡No puede tener dos parejas destinadas! ¡El último reino se desmoronó gracias a eso! —el grito de uno de los hombres que estaba presente se hizo escuchar en todos los rincones del lugar.
El hombre presente en la sala irrumpió con un grito que resonó en todos los rincones del lugar, expresando su incredulidad y preocupación ante la situación. Su voz, llena de urgencia y temor, reflejaba el peso de la historia y las consecuencias que temía que esta situación pudiera desencadenar. Sus palabras reverberaron en el salón, agregando una capa adicional de tensión a la ya caótica escena.
Ese y otros gritos que se llegaban a oír desde donde estaba.
La bruja logró separar a su hijo de mi mano y alejó también a James.
Yo seguía ahí parada, aprovechando el descontrol del momento. Lentamente me alejé del escenario sin ser notada gracias al descontrol que se había creado y en cuanto pude me quité los tacones y me di a la fuga. Fue la peor fiesta a la que asistí en mi vida, la diosa luna se debe estar divirtiendo en este momento, aunque a mí no me gustaba para nada su sentido del humor.
Huí, salí corriendo lo más rápido que mis pies me lo permitían. ¿De verdad tenía dos destinados? ¿Por eso pude percibir el aroma de los dos? Maldita sea mi suerte, yo no quería un estirado y resulta que tengo dos.
Mi vista estaba bien desarrollada, no había nadie siguiéndome por lo que bajé la velocidad de mi huida, me escondí en la oscuridad y llamé a padre. Estaba alterada y eso lo preocupó.
Cinco minutos después llegó por mí y me llevó a toda velocidad a nuestro hogar.
— ¿Qué pasó, mi amor? ¿Por qué estás tan alterada y por qué saliste corriendo de la casa de la manada?
No dije nada hasta llegar a casa, cuando por fin estuve en la seguridad de mi hogar y en los brazos de mis padres pude relajarme. Mi madre preparó café para los tres pero mi padre me ofreció un whisky doble sin hielo. Lo bebí en dos tragos, quemando todo mi esófago.
Subí las escaleras para quitarme el vestido y los zapatos, y ponerme ropa cómoda. Bajé descalza y recibí de las manos de mi madre la taza gigante que usamos para la sopa llena de café bien caliente.
— Hija, estoy muy preocupada, cuéntame ¿Qué pasó para que salieras corriendo de la fiesta?
Después de que mi madre me preguntara qué había sucedido en la fiesta, un silencio tenso llenó la habitación. Sentí el peso de su mirada sobre mí, esperando una respuesta que no estaba segura de cómo dar. Mis pensamientos se agolpaban en mi mente, buscando una manera de explicar lo inexplicable. Finalmente, decidí abrirme y contarle la verdad, aunque sabía que sería difícil de aceptar.
—Los dos hijos del alfa Bruce me reclamaron como suya. Me asuste por el revuelo que se manifestó en le salon y escape.
Mis palabras resonaron en el silencio tenso que había llenado la habitación. El semblante de mi madre reflejaba una mezcla de sorpresa y preocupación, mientras sostenía la taza de café entre sus manos temblorosas. Su mirada se clavó en mí, buscando respuestas que quizás ni siquiera yo tenía completamente claras.
— No debiste hacer eso, mi niña, vendrán por ti en cuanto se den cuenta de que no estás. Debe ser un error. ¿Sentiste algo al verlos a los dos? —papá preguntaba lo obvio, sus aromas.
Después de la preocupada pregunta de mi padre, me sumí en un mar de reflexiones. ¿Qué había sentido al ver a ambos hermanos reclamándome como suya? Fue un torbellino de emociones contradictorias: sorpresa, confusión, temor. Recordar los aromas de Dave y James me trajo una oleada de sensaciones, desde la embriagadora intensidad del primero hasta la sutil familiaridad del segundo. ¿Qué significaba todo esto?
—No hay ningun error. Son sus destinados, debes rechazar a uno de ellos o uno de ellos debe rechazarte a ti. Si tienes la posibilidad de hacerlo tu, antes que alguno de ellos lo haga, no sufritas el dolor del corte del vinculo que la diosa luna creo para ustedes.
Asenti y pensé en su propuesta. De todos modos, ellos no se fijarian en la pobre hija de dos trabajadores pobres. Beth, es una mujer superficial, interesada y estoy segura de que le daria una reaccion alergica si me mantuviera dos segundos parada junto a ella. Sus hijos deben ser igual a ella.
El wiski me habia ayudado y el cafe me habia relajado, pero mi loba no estabaa tan tranquila. Ella los queria a ambos.
Ella exigia salir, queria estar con ambos y gritaba en mi cerebro que moriría sin ellos, quenjamas me personaria si los dejaba ir.
Fui a la cama y despues de recordar todo lo vivido esta noche me quede dormida enseguida. Estaba agotada, mi cabeza era un completo lio. Pero, al despertar fue como si hubiera parpadeado. No descanse nada, joder. Voy a tener uno de esos dias.
Al salir de la cama y poner los pies sobre el piso de madera mi corazon latio desenfrenado.
¡Ahora que demonios me pasa! Disfrute de una larga ducha y baje a desayunar. Tal fuer la sorpresa que me lleve que mi padre llego al pie de la escalera para ayudarme a bajar.
El alfa y sus dos hijos estaban en mi casa.
Oh, diablos.
Definitivamente tendre uno de ESOS dias.
— Buenos días, pequeña, espero no molestarte tan temprano pero mis hijos y yo tenemos que arreglar el asunto pendiente de anoche, escapaste de la cada de la manada antes de encontrar una solución.
El jefe y sus dos hijos estaban parados detras de mi padre. ¿Que carajos hacian en mi casa?
—Buenos dias para ustedes tambien. Lamento haberme ido de esa forma, pero me senti abrumada por la situacion, los gritos y el caos de las personas en el salón.
Solo dije eso y le di a entender a mi padre que estaba bien.
—Lo entendemos, por eso decidimos no venir por ti anoche. Preferimos dejarte descansar y venir hoy a primera hora. — Dijo el chico que me acompaño al escenario y me resultaba mas agradable que el otro.
— ¿Y cual es la solución que encontraron? Obviamente la lay, de otra manera no estarian aqui tan temprano.
Les hable con total naturalidad, estan em mi casa y la jerarquia se la pueden meter por donde no les da el sol. Camine hasta la isla de la cocina donde antes de que yo bajara estaban bebiendo cafe. Me sente en una silla alta y los tres, incluido mi padre hicieron lo mismo.
Fue James quien hablo esta vez, el otro me miraba como si hubiera descubierto un a joya preciosa. Me agrada.
—Voy a rechazarte, no cumples con los requisitos que se requieren para que seas la futura luna de la manada. Puedes quedarte tranquila que te compensaremos economicamente por el dolor que te hare sufrir.
Su hermano sacude la cabeza, en negacion. ¡Si querido Dave, tu hermano es estupido!
A mi nadie me hara caer de rodillas causandome un dolor infernal. Me pare frente a el, desafiante y determinada.
—Yo, Liliam Williams, te rechazo a ti, James Black Wollf, cortando nuestro vinculo de pareja. Rechazo ser tu pareja destinada por la diosa luna. Como testigos, nuestros padres y tu hermano pueden dar fe de mi rechazo ante ti. Y yo no te dare un centavo, puedes soportar el dolor del corte vincular tu solo, maldito bastardo.
Me habia ofendido, yo no sere la mas apta para ser luna, pero tampoco me conocia para referirse asi. Su tono despectivo me removio las tripas.
Si, que se retorciera de dolor era lo que queria ver. Pero, nonpaso nada. ¿Lo dije mal?