Capítulo 1: ¿Quién es el chico de ojos grises?

876 Words
Capítulo 1: ¿Quién es el chico de ojos grises? No sabía a qué venía esto del chico misterioso que me pedía que fingiera ser su novia, pero si me iba a dar dinero, no iba a molestarme. —Vale, ven —me sostuvo de la muñeca, su agarre era muy débil como si no quisiera hacerme daño y comenzó a caminar; yo lo seguí—. Por acá están los vestuarios, ten dos billetes. Me los entregó mientras seguíamos caminando rápido hacia el sitio donde se suponía tenía que cambiarme, tomé los dos billetes de cien que me ofrecía y fruncí el ceño. —¿Y el resto? —reclamé. —Aun no estas actuando como mi novia —dijo él—, te buscaré al final de tu presentación. Bueno, supongo que era una forma de saber que no iba a escaparme si me daba todo el dinero de una vez; me obligaba a quedarme por el resto. —Uhm, Vale —me limité a decir, no tenía nada que perder fingiendo ser la novia de este chico para variar, el dinero no me caería nada mal. —Aquí es —dijo el chico cuando por fin nos detuvimos en uno de los pasillos cerca del escenario principal. —Gracias, nos vemos luego —dije, él afirmó con la cabeza y se fue. Bueno, esta noche se estaba poniendo interesante. Entré a camerinos, todas las chicas estaban corriendo de un lado a otro terminando de arreglarse, Gloria me vio y sus ojos parecieron casi querer exterminarme. —¡Ana! Por fin llegas ¡j***r! —me gritó, ella era la jefa de la academia; nuestra jefa por así decirlo, éramos su equipo de bailarinas. —Estaba perdida —intenté justificarme—, la casa es muy grande. Ella me metió la mano a la cara como tenía por costumbre hacer para callar a la gente que la hartaba. —Ajá como sea —dijo Gloria—, anda a cambiarte, los reyes andan alterados en empezar el evento, al parecer sucedió algo con la familia real. —¿Qué pasó? —dije mientras me comenzaba a desvestir, realmente no había mucho tabúes entre nosotras para cambiarnos de ropa o con nuestros cuerpos, ya éramos muy unidas. —Al parecer el príncipe Luca rompió su compromiso con la Danna Isabellina —dijo Gloria, fruncí el ceño sin comprender. —¿La cantante? —dije incrédula, ella era una cantante muy famosa. —Obvio —dijo Gloria con petulancia mientras se terminaba de arreglar el cabello— ¿quién más era la prometida del príncipe Lucas? No dije nada, pero en realidad, no sabía nada de estos reyes, yo apenas me había mudado hacía unos meses a este país para cumplir mi sueño de ser bailarina y no sabía mucho de la cultura de acá… ni de la farándula real al parecer. —Salimos en cinco. —dijo Gloria lanzándome el traje a la cara, ese era su modo siempre de tratar a las bailarinas. Ya estaba acostumbrada. Me terminé de cambiar rápidamente, al menos había llegado a tiempo gracias al chico misterioso que me dio un adelanto de 200 por ser mi novio por esta noche, que locura. Terminé de colocarme las zapatillas y corrí para estar en posición con las demás chicas en el escenario. Este era mi lugar. Empezó la música al ritmo del tambor, las joyas que colgaban de nosotros y la poca tela haciéndonos el centro de atracción de la fiesta, había mucha gente muy bien vestida, bebiendo otros bailando, la música en vivo, el banquete, definitivamente esto de la realeza era otro nivel que no había visto nunca, empezando con las joyas brillantes en los candelabros y el oro alrededor. Observé como los reyes tomaron asientos en los asientos frente al escenario, el rey evidentemente con su enorme corona, era muy alto de mirada frívola y un poco atemorizante, a su lado la reina, ella lucía elegante pero bastante egocéntrica y engreída por la mueca de disgusto permanente en su rostro y la manera despectiva que trataba a la gente que se le intentaba acercar. Me imaginaba que los dos chicos eran los príncipes, el primero que vi fue al chico que mantenía la mirada de ojos azules fija en nosotras, era algo atemorizante la forma en la que se sentó; al igual que su padre parecía ser el rey del mundo y con la corona sobre su cabeza le daba ese aire dominante y atrayente, miré al otro chico, pero él mantenía a mirada gacha, no nos miraba, parecía estar leyendo una hoja, si no fuera porque tenia una corona en la cabeza, no pensaría que fuera también un príncipe. Raro. Después de culminar la presentación, al terminar reverenciamos a los reyes y mis ojos se fijaron en el príncipe de ojos azules, no sabría decir si me miraba a mí o no porque las luces estaban muy altas iluminándonos, pero me estremecí un poco, daba miedo. Recibimos los aplausos y por fin el chico que mantenía la mirada gacha alzó la vista y fue cuando reconocí sus ojos grises. Era él. El chico que me había pagado por ser su novia esta noche era de hecho; el príncipe.
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