—Eran lobas, señor. Diez de ellas.—dijo postrado a los pies de su señor sin atreverse a levantar sus ojos para verle, era demasiado brillo para el viejo vampiro. —¡¿Por qué me dices lo que ya sé?! ¿Acaso crees que no fui capaz de sentir a diez lobas?! Había alguien más, un ser no identificado, estaba antes que ellas. —Me parece que era un humano, señor.—afirmó erróneamente. —¿Humano? No, eso parecía, pero su olor traspasó las barreras y llegó hasta a mí. Humano no era, un humano no huele de ese modo, sentí ese olor cuando estaba agonizando, pero…sigue vivo. Las lobas lo salvaron. —Creemos que en la pelea nueve de las lobas murieron, ya que solo sentimos a una y a esa otra cosa. ¿Qué quiere que hagamos? —¿Hay que hacer algo? ¿Desde cuándo vamos hacia las presas? Si están aquí, quer